Maribel Vilaplana, la periodista que comió con el actual presidente en funciones Carlos Mazón, reveló a la jueza que instruye la causa penal de la dana la conversación que mantuvo con el jefe del Consell la misma madrugada, la del 30 de octubre.
La comunicadora relató que sobre la 01:00 o las 02:00, cuando ella estaba en la cama, habló con Mazón. Antes, Vilaplana le había escrito un mensaje de Whatsapp tras verlo en televisión en el que le avisaba de que cuando fuese posible contactase con ella. «Por favor, cuando sea posible contacta conmigo», escribió.
Ella le decía: «¿Qué ha pasado?«, y él solo repetía: «Esto es muy grave, esto es muy grave«. Mazón estaba angustiado. Ella le preguntó si sabía de esto mientras estaban comiendo y él le dijo: «¿Cómo voy a saberlo?«.
Vilaplana no pudo reproducir exactamente las palabras de aquella conversación, pero explicó a la jueza que él la llamó por WhatsApp. No sabe si le llamó desde otro teléfono que le prestaron.
Así se desprende de la transcripción de la declaración que realizó ante la magistrada a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Cuando consiguió dialogar con Mazón, Maribel le preguntó si sabía qué estaba pasando. De acuerdo con la declaración de Vilaplana, él le contesto que era «muy grave» y que «‘cómo iba a saber lo que estaba pasando‘».

Carlos Mazón departe con Vicente Mompó y Salomé pradas a su llegada al Cecopi. EE
Ella le pidió, entonces, que no sacara su nombre porque le parecía «muy grave aun sin saber la magnitud de lo que era«. La periodista dijo que no quería salir para que su nombre no se asociase a ese «capítulo terrible«, algo de lo que se arrepiente.
Después de la llamada que tuvo esa misma noche con Carlos Mazón, hubo otra dos días después. Él la volvió a llamar para pedirle disculpas y para explicarle que tenía «mucha presión» y le informó que, «tarde o temprano, tendría que salir su nombre«.
El ahora jefe del Gobierno valenciano en funciones solo le llamó para pedirle disculpas y para decirle que tenía que hacerlo, y que era mejor que cortaran todo tipo de contacto.
Entonces, ella borró todas las conversaciones y hasta su número de teléfono, porque tal y como aseguró en el interrogatorio, le entró un ataque de pánico. A día de hoy no lo tiene.
Llamadas
Vilaplana tambien narró algunos de los momentos de la comida en El Ventorro. Según lo que ella presenció, Mazón comenzó a ausentarse de la mesa de manera más continuada a partir de las 17:00 porque el volumen de llamadas se incrementó.
La testigo explicó que algunas veces contestaba sentado y cogía el móvil, pero para llamar sí que se levantaba y se distanciaba. En el momento en el que se sucedieron las conversaciones por teléfono, ella aprovechó para decirle a su exmarido que recogiese al niño porque «no sabía cuándo iba a acabar».
La periodista tampoco oyó palabras como «dana«, «Cecopi» o «lluvias» ni ninguna que le llamara la atención. Él no le transmitió o le contó siquiera nada de esas llamadas. Vilaplana aprovechó esos instantes para ir al baño y volver, pero él no salió de la sala.
En su declaración, aseveró que no le consta si el alcalde de Cullera llamó al presidente, o él llamara al alcalde, y desconoce si se habló de alguna operación urbanística porque no le escuchó hablar de ese tema.
Sobre el enlace que recibió por un chat familiar durante la comida con Mazón, aseguró que para ella «era delicado». Su exmarido envió el mensaje a las 17:36, a lo que ella declaró que «siempre mandaba noticias» y «era clásico en él». El link redirigía a un vídeo en el que un temporal desbordaba el río Magro en Utiel.
El exmarido de Vilaplana colgó esa noticia sin ningún comentario; ella lo vio y puso una carita de sorpresa a las 17:45, pero ni siquiera abrió el enlace.
La compareciente mostró el link de À Punt y la conversación por WhatsApp a la letrada, que examinó el terminal móvil dando fe de que el contenido de los mensajes que en él constaban coincidía con las manifestaciones vertidas.
Efectivamente había recibido un enlace de la aplicación X el 29 de octubre de 2024 a las 17:39 en un grupo de chat en el que se leía «A punt Notícies. El virulent temporal de este dimarts ha desbordat el riu Magre al pas per Utiel» (El virulento temporal de este martes ha desbordado el río Magro a su paso por Utiel), sin ninguna imagen.
«La comida está pagada»
Según el testimonio de Vilaplana, cuando terminó la comida y quiso pagar su parte, Mazón le dijo que ya estaba. Por tanto, no vio la cuenta.
Interrogada acerca de las presiones que ha recibido, no ha habido ninguna del entorno del presidente, pero sí confirmó que le han llegado a extorsionar algunos medios, en los que ha leído «barbaridades» y le parecen «brutal las historias paralelas», como imágenes suyas saliendo de casa de Mazón.
Le llegaron a decir que «si no hablaba, las publicarían», a lo que consideró que ella no tiene cargo de responsabilidad ni poder de responsabilidad, ni Mazón le puso una pistola en la cabeza para que se quedara ahí.
Maribel afirmó ante la jueza que no tenía nada de prisa ni tenía sensación de prisa por la otra parte y cree que, «más o menos, sobre las 18:45 hay un momento que él le dice ‘Si te parece, lo dejamos estar'», aunque todavía alargaron el encuentro entre que recogieron, salieron y charlaron.
Uno de los temas de conversación fue que Maribel Vilaplana le pidió que asistiera a un partido de fútbol porque trabaja para el Levante UD y que se comprometiera a ir a un derby contra el Elche.
La periodista recordó en su declaración salir del restaurante y estar un rato charlando en la fachada de la fundación Bancaja, donde entiende que se despidió de Mazón y por donde entró al parking de la Glorieta, en la plaza Tetuán, aunque no pudo precisar las horas.
Según testificó, dijo que ella entra y sale siempre por esa salida y lo hizo sola. Allí bajó a por el coche, cogió el ticket e hizo unas gestiones con el ordenador que le costarían cinco minutos, según calculó.














