El pasado 8 de abril, el sistema de telepeaje electrónico de Japón colapsó. Con el objetivo de evitar el caos, el gobierno decidió levantar las barreras de las autopistas más importantes: Tokio, Osaka y Nagoya. Durante casi dos días miles de vehículos cruzaron sin detenerse, exentos de pagar. A las 38 horas el sistema volvió a funcionar como siempre. Fue entonces cuando 24.000 conductores entraron por voluntad propia en el portal de Nexco (el operador de autopistas del país) y pagaron el consumo que hicieron de la autopista. Ante este gesto, la compañía optó por reintegrarles el dinero.
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