La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, junto a la empresa pública Gesplan (Gestión y Planteamiento Territorial y Medioambiental) y el Cabildo de Gran Canaria, ha puesto en marcha un proyecto para estudiar la biodiversidad de la Charca de Maspalomas, un espacio natural emblemático del sur de la isla. El objetivo es realizar un seguimiento detallado de la fauna que habita en la laguna y analizar su estado ambiental, ya que en los últimos años se ha detectado la presencia de especies invasoras, como la tilapia de Mozambique, que desde 2024 habita sola tras haber devorado al resto de especies con las que compartía el espacio, y el cangrejo azul, que podría alterar el equilibrio del ecosistema.
Con esta iniciativa, los equipos científicos buscan conocer mejor la riqueza biológica de la zona y establecer medidas de conservación que garanticen la protección de este valioso humedal, uno de los más importantes de Canarias.
El estudio, que comenzó a finales del pasado mes de octubre con el primer muestreo, se desarrollará durante un año y consistirá en tomas mensuales para obtener patrones estacionales que permitan conocer la evolución de la fauna a lo largo del tiempo. A través de este seguimiento, los investigadores podrán analizar si aumenta o disminuye la presencia de especies invasoras, así como observar cómo varía su tamaño y desarrollo durante el ciclo reproductivo.
Esta información será clave para entender el impacto que estas especies tienen sobre el ecosistema de la Charca de Maspalomas y diseñar estrategias adecuadas para su control y conservación ambiental.
El cangrejo azul
En el caso del cangrejo azul, su presencia en la Charca de Maspalomas resulta más difícil de determinar, ya que, aunque se ha hallado en diferentes momentos a lo largo de los años, no ha sido de forma continuada. Gracias a este estudio, los investigadores podrán analizar en qué épocas del año aparece esta especie y tratar de identificar los posibles medios por los que logra acceder a la laguna. No obstante, en los últimos muestreos no se ha registrado su presencia.
«De esta forma, si aparece podremos ver cómo ha llegado, en qué estado de madurez y si son capaces de cerrar un ciclo biológico completo», explica Inma Herrera, investigadora posdoctoral de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y miembro del grupo de Investigación en Biodiversidad y Conservación (Biocan) del Instituto Universitario Ecoaqua.
Estas especies invasoras son depredadores muy eficaces que compiten con la fauna local, tanto por el alimento como por el espacio, y cuyo origen se encuentra en las costas americanas. Aunque todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones, ya que los muestreos acaban de comenzar, los primeros indicios apuntan a que la tilapia de Mozambique no habita sola en la Charca de Maspalomas, sino que convive con otras especies de peces autóctonas y endémicas de la zona. «Hay que profundizar mucho en esta investigación para poder ofrecer respuestas sólidas a nivel de gestión a lo largo del tiempo», manifiesta Herrera.
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