Ni siquiera quiso esperar el Barcelona al lunes para decapitar a Joan Peñarroya tras la lamentable derrota sufrida en Fontajau ante el Girona que llegó dos días después de perder el noveno partido seguido frente al Real Madrid. El técnico de Terrassa ha sido quien ha pagado los platos rotos del decrépito devenir de la sección de baloncesto azulgrana, maltratada en los despachos y exprimida por los recortes impuestos por el presidente Joan Laporta.
El Barcelona, así, anunció este domingo el despido de Peñarroya, a quien se permitió el pasado verano continuar pese a que su equipo no llegó a ninguna final la pasada temporada (fue eliminado en cuartos en la ACB, en la Copa del Rey y también en la Euroliga), y a la irregularidad mostrada por un equipo sin identidad alguna y con graves problemas defensivos.
Peñarroya, con un paupérrimo porcentaje de triunfos en la ACB (55,8%), ha pagado sin embargo la deficiente gestión llevada a cabo por el ‘general manager’ de la sección, Juan Carlos Navarro, asistido por el director deportivo, Mario Bruno Fernández, y bajo el manto directivo de Josep Cubells, quien fue abucheado por la grada del Palau en la última debacle frente al Real Madrid.
Las penurias económicas de la sección más deficitaria del club (20,6 millones de euros en pérdidas en el ejercicio 2024-25) se han visto aumentadas este curso tras presupuestas la directiva 2,5 millones menos en gastos deportivos (de 29,8 millones a 27,3). Con todo, Peñarroya no tuvo inconveniente alguno en no dar bola a uno de los fichajes de esta temporada, Miles Norris, que ni siquiera ha debutado en la ACB, o dejar en el fondo del banquillo al gigante Youssoupha Fall, de quien el club se había despedido en verano para volverlo a reclutar pese a su deficiente rendimiento el curso pasado.
El Barça, así, continúa vagabundeando desde que decidiera no asumir el coste de la renovación de Sarunas Jasikevicius en el verano de 2023. Desde entonces, la nada. Roger Grimau aguantó una temporada antes de ser despedido sin celebrar título alguno. Y Peñarroya, pese a resistir un curso, apenas ha aguantado 15 partidos esta temporada, perdiendo ocho de ellos, más de la mitad.
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