Tras cinco temporadas a sus espaldas, ‘Solo asesinatos en el edificio‘ se ha convertido en ese título en el que a las grandes estrellas de Hollywood les gusta dejar huella. Algún cameo, un papel secundario o, en algún que otro caso, una aparición recurrente. Ahí tenemos a Meryl Streep, que pensábamos que se quedaría solo para la tercera temporada, y ha acabado manteniendo varias apariciones a lo largo de estos dos últimos años, elevando el caché de la serie. «Solo asesinatos en el edificio» se había convertido en una serie más grande de lo que se concibió en un principio. La que iba a ser una serie pensada para un par de temporadas y que quizá iba a servir para preparar un retiro dorado para dos de sus principales protagonistas, Steve Martin y Martin Short, se encontró con el escollo de que estos se resistían a decir el adiós cuando se convirtió en un bombazo. Y lo iban posponiendo año tras año. Aunque para otra generación de espectadores quizá esta sea la serie de Selena Gómez. Pero esta última temporada parece que ha empezado a asomarse el fantasma de la despedida. Nada como volver a los orígenes para garantizar un gran final, recordándonos de dónde venimos y el camino recorrido. Esta quinta entrega, recién acabada, no va a ser la última, pero ya nos ha hecho sospechar que nos acercamos al final de camino.
Esta nueva última entrega funciona como una especie de homenaje al Nueva York tradicional. Una proclama nostálgica hacia la Gran Manzana y sus habitantes, como esas clásicas camisetas que llevaban impreso el logo «I Love New York«. Seguramente habrá centenares de edificios como el Arconia, pero la serie nos cuenta que hay un modo de vida típicamente neoyorquino que se acaba. Personal de mantenimiento del edificio reemplazado por la Inteligencia Artificial, la amenaza en el aire de que el complejo sea demolido para transformarse en un casino o quien sabe si un impersonal bloque de apartamentos turísticos. Mientras que Charles (Martin) se enfrenta al momento de su inevitable decadencia a causa de la edad y Oliver (Short) ya piensa en mudarse para su nueva vida de casado; y Mabel (Gómez) es el ancla de ambos con la realidad.
El asesinato de Lester (Teddy Coluca), el portero que toda la vida ha estado al servicio de los vecinos del Arconia, es el que pone en marcha toda la trama de esta quinta entrega. Lester es uno de esos personajes que ha estado ahí desde el principio, pero nunca se le había prestado atención. Eternamente dispuesto para cualquier capricho de los excéntricos vecinos del Arconia, o para abrirles la puerta, representando esa profesionalidad y entrega de las que ya no se encuentran en el mercado laboral. Era un personaje al que seguramente el espectador nunca prestó mayor atención y solo su muerte nos lo ha traído a primer plano. Parecía como un elemento más del decorado y ahora consigue ese papel de protagonista que los guionistas parecían haberle negado. La investigación policial apunta a que se trata de un suicidio, pero, para nuestros investigadores favoritos, está muy claro que ha sido un asesinato. Por cierto que en el papel de la desconsolada viuda del fiel portero tenemos a Dianne West, actriz secundaria habitual de las películas de Woody Allen. ¿Hay algo más genuinamente neoyorquino que una película de Allen?
Y, como las casualidades no existen, casi al mismo tiempo aparece asesinado un mafioso interpretado por Bobby Cannavale, un personaje que cumple con todos los estereotipos de las películas del género, desde ‘El Padrino’ de Francis Ford Coppola a Martin Scorsese. A su personaje lo conocemos a través de flashbacks, ya que su primera aparición es ya como cadáver. Y ahí no se puede negar que se trata de un asesinato. Por cierto, que la viuda está interpretada por Téa Leoni (Deep Impact, Madam Secretary), veterana actriz televisiva nacida en Nueva York. Es inevitable pensar en que la muerte de Lester y del mafioso están relacionadas y la investigación coloca a los protagonistas frente a la desagradable tesitura de que quizá escarbar en esa herida podría ayudar a sacar a la luz algunos de los secretos más oscuros de su querido portero.
Otro de los platos fuertes de la temporada es el fichaje de Rene Zellweger (Bridget Jones), Cristoph Waltz (Malditos bastardos) y Logan Lerman (Percy Jackson), que forman un trío de millonarios que están detrás de una conspiración para convertir el edificio en un gran Casino. Sabemos que están involucrados en los asesinatos desde su primera aparición, pero no cómo encajan en el puzzle. Estos personajes sirven para enfatizar esa imagen del Nueva York tradicional al usarlos como contrapunto entre la nueva mafia y la de toda la vida. Al final, la cosa nostra tradicional resulta tener mucho más escrúpulos que todos esos nuevos ricos corporativos. Si Tony Soprano levantara la cabeza. Por cierto, y puede que esto sea un spoiler, ¿a nadie le ha llamado la atención que al final el asesino sea un político?
Para la sexta temporada se nos anuncia un cambio de escenario a Londres. Una pista que se usaba para jugar al despistes y con la que se nos quería hacer pensar que quizá el plan del trío de especuladores podía tener éxito. Como ha sido habitual en los finales de temporada de la serie, la última escena nos sirve de introducción al misterio al que el trío de podcasters se enfrentará en la siguiente. Al principio de la secuencia, no sabemos quién es la víctima. De espaldas a mi me recordaba al personaje de Natasha Lyonne en otra de las series de misterios caseros del momento Pokerface. ¿Es un homenaje? La víctima resulta ser Cinda Canning (Tina Fey) la podcaster que animó a los protagonistas a que hicieran su propio programa dedicado a los crímenes del Arconia. El misterio de su muerte será el pretexto que anime a los protagonistas a saltar el charco para ir a Londres, la tierra de Agatha Christie, creadora literaria de Miss Marple y Hércules Poirot; o de Arthur Conan Doyle, el padre de Sherlock Holmes. Parece que al resolver el crimen de su mentora, Charles, Oliver y Mabel aspiran a coronarse al olimpo de los grandes detectives. ¿Será el final definitivo o tendremos otra vuelta al Arconia?
















