Un nuevo enfoque en la gestión hostelera
Ángel García, propietario del restaurante Templo en Alicante, sostiene que la elegancia de un local no se limita a la decoración o al mobiliario. Para él, la clave está en la coherencia conceptual y, sobre todo, en la hospitalidad.
Este enfoque integral ha llevado a que su establecimiento se sitúe entre los más valorados del país. Pero ese reconocimiento no es fruto del azar. García afirma que es el resultado de un trabajo meticuloso, que exige constancia y humildad.
La apuesta por el descanso
Hace poco más de un año, el equipo directivo de Templo tomó una decisión inusual en el sector: cerrar el restaurante los domingos y los lunes. Esta medida, orientada a mejorar el descanso de los empleados, fue inicialmente vista como arriesgada.
Sin embargo, lejos de perjudicar la rentabilidad del negocio, la medida ha tenido efectos positivos. La rotación de personal ha disminuido, permitiendo una formación más profunda y un servicio de mayor calidad. “Es una forma de excelencia”, explica García, “aunque no aparezca en las cuentas de resultados”.
Excelencia más allá de los números
El cierre en domingo, un día tradicionalmente fuerte para la restauración, podría parecer un error desde una perspectiva puramente económica. Pero Ángel García defiende que, a largo plazo, ha sido una decisión estratégica.
Al fomentar un ambiente laboral saludable, los empleados se sienten más comprometidos. Algunos aprovechan para pasar tiempo con sus familias, otros para disfrutar de la noche del sábado. Este equilibrio personal repercute directamente en la calidad del servicio ofrecido.
Un modelo replicable
En un sector marcado por la precariedad laboral y la estacionalidad, Templo se posiciona como un ejemplo de innovación en la gestión de recursos humanos. Su modelo sugiere que el bienestar del personal puede ser compatible con la rentabilidad y el reconocimiento gastronómico.
Además, en marzo de 2025, el restaurante amplió su comedor y reorganizó su espacio, separando definitivamente su línea de comida para llevar. Esta reorganización ha contribuido también a elevar la experiencia del cliente.
Una experiencia culinaria con identidad
La propuesta de Templo se basa en una experiencia completa: ambiente cuidado, personal uniformado, asesoramiento en vinos y carnes. Los precios oscilan entre 50 y 90 euros por persona, según el grado de personalización de la experiencia.
García anima a los clientes a dejarse guiar por el sumiller, lo que permite al equipo desplegar todo su potencial. Este trato personalizado, unido a un equipo estable y formado, ha consolidado la reputación del restaurante.
Reconocimiento nacional
La aparición de Templo entre los siete mejores restaurantes de España según los Travellers’ Choice de Tripadvisor refuerza su posición. No es solo una cuestión de estética o de sabores, sino de coherencia entre filosofía de empresa y servicio al cliente.
En palabras del propio García, “cuanto más se mejora, más consciente eres de que todavía queda por mejorar”. Por eso, el cierre de dos días por semana no es una pérdida: es una inversión en el futuro del restaurante.












