Carlos Baute (Caracas, 8 de marzo de 1974) no ha dejado de trabajar. El artista hispanovenezolano lleva tres décadas triunfando en solitario en el mundo de la música y sigue incansable, dispuesto a componer hasta que se agote la inspiración, si eso es posible. Prueba de ello es el lanzamiento, hace unos días, de su última canción, ‘¿Quién mejor que tú?’. Un tema de pop latino fresco y bailable, que nació hace apenas dos meses en Miami y que se creó prácticamente en un día, junto al productor colombiano Andrés Castro.
Conectado en una videollamada desde el jardín de su casa, Baute, de permanente sonrisa, habla con ilusión del nuevo lanzamiento, que se suma a una larguísima lista en la que figuran exitazos de la talla de ‘Te regalo‘, ‘Quién te quiere como yo‘ o ‘Colgando en tus manos‘. «Llevo 30 años sacando canciones y todavía siento la ilusión y las maripositas del qué dirá la gente. Ojalá les guste y ojalá hagan suya la canción», manifiesta en esta conversación con ‘Mundo Deportivo’.
Carlos Baute, cantante.
El artista, que en ‘¿Quién mejor que tú?’ vuelve a cantarle al amor –«Amo el amor, es el motor de mi vida«- comparte con este medio que ya tiene canciones suficientes para dos nuevos álbumes, uno que saldrá en 2026 y que será una especie de disco celebración de sus 30 años de carrera como solista, y otro para 2027. De momento, no puede dar más detalles, aunque sí desliza que habrá alguna que otra colaboración. Eso sí, dejando claro en todo momento que él siempre ha sido más de trabajar en solitario.
Pregunta. Dos años de composición cubiertos. ¿Cómo se consigue eso? ¿De dónde sacas la inspiración? ¿Sigues alguna rutina de trabajo?
Respuesta. Soy de los que, como decía el maestro Picasso, ‘a mí que las musas me pillen trabajando’. Puede ser que escuche una frase. Imagínate que voy en coche y escucho algo en la radio que me llama la atención. Han salido cosas así. Pero soy de los que se sienta a trabajar. Soy de los que me siento, como en cualquier otro trabajo, como tú imagino que harás.
Además, a mí me gusta hacer las preproducciones. Soy de los que tarda mucho en hacer una base. Me gusta hacerlas, y más hoy en día, que mis canciones son de medio tiempo, más bailables que las baladas. Que yo no soy baladista. Entonces, me entretengo en eso y cuando empiezo con la canción no paro. Es una rutina. No paro de hacer canciones. Ya tengo hasta 2027 y ahora no voy a tener tiempo de componer porque empiezo la promoción y después la gira, pero si hay un día libre por ahí, me sentaré y empezaré hasta que termine.

Carlos Baute, cantante.
P. Tienes una larguísima y fructífera trayectoria. ¿Cuáles crees que han sido tus mayores aciertos?
R. Mis aciertos son las canciones. Obviamente, en un disco no conectas con los diez temas. Es imposible. No lo hace nadie, ya nos gustaría. Hacemos el mejor disco siempre posible, pero es complicado. Y más hoy en día que salen a la semana 750.000 canciones. Por eso digo: ‘Dios mío’. Gracias a Dios que estamos entre unos pocos, porque no sé si estaré entre los 1.000 del mundo. Me tengo que dar con un canto en los dientes. Ese es el acierto.
P. ¿Y en cuanto a los errores?
R. Un contrato discográfico que dejé por un mánager. Una persona que empezó siendo mi mánager y al final dejó de serlo y dejamos ese contrato. Eso fue un gran error. Estuve toda la vida con Warner y lo dejamos. Después ya vi lo que era ser independiente y es espectacular, pero cuando haces cosas globales, sí que te ayuda una discográfica grande. Hubiera podido renegociar. Eso sí creo que fue un error en mi carrera.
P. De todas formas, no te ha ido nada mal por tu cuenta.
R. Ahora estoy feliz porque también tuve la suerte de dar con un equipo maravilloso. Y la verdad es que me ha ido mejor que nunca a nivel de conciertos e internacionalización. Obviamente, la parte internacional la dejé por mis hijos un tiempo, porque eran demasiados países y era estar mucho tiempo fuera. Y dije: ‘Yo no voy a cambiar el ver a mis hijos crecer‘. [Se refiere a sus hijos menores, Markuss, Liene y Álisse, fruto de su relación con Astrid Kilsans, con quien vive en Madrid.]
Ya me pasó con mi primer niño [José Daniel], que no estaba en casa cuando dio los primeros pasitos o cuando dijo la primera vez ‘papá’. Y dije: ‘No, no más’. Gracias a Dios lo pude hacer, cerré la puerta un tiempo y me quedé sólo con tres países. Ahora ya llevo dos o tres años que vuelvo a no parar.

Carlos Baute con su mujer Astrid y sus hijos.
P. Al final, ahora tienes la libertad de controlar tu carrera.
R. Sí, sí, total. Es una responsabilidad, pero la estoy disfrutando y te puedo decir que estoy en un en un excelente momento.
P. Y siguiendo con este balance de tu carrera… ¿Disco favorito?
R. Me gusta mucho el último disco que hice, ‘Del Caribe Soy‘ (2024). Alguien a quien yo siempre he admirado es a Juan Luis Guerra y quise acercarme, con todo el respeto, a ese sonido de los años 80 y 90, con un disco pasado a 440 Hz. Y lo logramos. Lo hicimos con mucho cariño con mis músicos en casa; fue muy orgánico todo. No hay ninguna maquinita; quería recuperar eso. Creo que es uno de mis mejores discos. Y el mejor… creo que es ‘Peligroso‘ (2004), que es un disco desconocido que no conectó, pero para mí como músico, autor y coproductor, tiene un sonido brutal.
P. ¿Y canción?
R. Puede ser… ‘Te regalo’.
P. Quería preguntarte también por tus inicios en España, en los 2000. ¿Cómo fue abrirte paso aquí?
R. Fue muy loco. Empecé haciendo folclore venezolano. Estudié percusión tres años y medio y luego danza, y estuve en un grupo que era una boy band infantil [Los Chamos]. Ya con el tercer disco, me llamaron de Estados Unidos y me dijeron que la discográfica me veía como un artista global hispanohablante y que querían un disco más internacional.
Fue en el 94 cuando un canario me vio en un show en Venezuela y pensó que podía llevarme a los carnavales de Tenerife. Aunque me pareció emocionante, dije: ‘No voy a ir’. Tenía mucho trabajo en mi país y en Canarias no éramos conocidos. En el 97 me volvió a llamar y dijimos que no. Hasta que en el 99 recibo una llamada de la discográfica de España y me dicen ‘Carlos, tu disco ha llegado aquí desde Miami por alguien de la radio, Rafa Cano, y lo ha colocado aquí. Estás empezando a sonar fuerte’. Pasaron cuatro meses y ya había vendido 600.000 copias sin venir a España. Así que me fui volando. Llegué en el 2000 a España con mis maletas vacías llenas de ilusión.

Carlos Baute, en 2010.
P. ¿Y qué artistas españoles conociste entonces y seguís siendo amigos o muy cercanos?
R. Álex Ubago, un gran amigo. Bisbal, Amaia Montero, Alejandro Sanz… Con Alejandro no siempre hablamos, pero hay una linda amistad. De aquí España, Melendi también. Y Lola Índigo, con la que también he hecho una amistad. Seguro que hay muchos más, pero estos son con los que de vez en cuando nos escribimos.
P. Y ahora que mencionas a Amaia… ¿Qué te parece el regreso de La Oreja de Van Gogh?
R. Mira, te tengo que decir que es fantástico, pero yo hubiera hecho un concierto con las dos, con Leire y Amaia. Creo que me parece lo más justo. Porque Amaia estuvo como ocho años, y obviamente fue el ‘recontrabombazo’ y en Latinoamérica la amamos no, lo siguiente. Después llegó Leire, pero eran esos éxitos donde estaba Amaia y fue un choque para nosotros. Pero después, Leire se lo ganó a pulso, hizo otros grandes éxitos y fueron 17 años.
Sobre cómo han ido las cosas, no tengo ni idea porque ni quise preguntar, solamente dije: ‘Enhorabuena, Amaia, qué bueno tenerte de vuelta en ese grupazo’. Pero no me meto en lo que pasó con Leire. Creo que hubiese sido superlindo que se hubieran unido los tres, La Oreja de Van Gogh, Amaia y Leire. El público lo habría agradecido también.
Lee también
P. Tienes temas que han pasado a la historia, has hecho interpretación, has recibido numerosos premios… ¿Qué le queda pendiente a Carlos Baute?
R. Tengo que seguir haciendo canciones. Me han propuesto muchas cosas, de presentar programas, que ya he hecho alguna vez, o de películas. Pero estoy muy centrado en la música. Estoy muy centrado en mis composiciones. Estoy muy contento.
¿Qué más me queda por hacer? No me quedan muchas cosas, pero yo sueño todos los días. No hay que dejar de soñar porque los sueños se cumplen. Con tres añitos, le pedía a Santa Claus, al niño Jesús, en vez de juguetes, instrumentos musicales. Y con ocho años ya soñaba con ser músico. Lo he logrado, así que estoy feliz porque hago lo que amo.










