el Mercedes olía a quemado y lo que hallaron dejó sin palabras al taller

Compra ideal… o pesadilla a la vuelta de la esquina

El protagonista adquirió un Mercedes GLE valorado en su día en torno a 100.000 €, a través de una plataforma de subastas para empresas en Alemania. Inicialmente la operación parecía una ocasión: un SUV de alta gama a precio reducido. En el trayecto de regreso, sin embargo, algo empezó a fallar.

El conductor notó que al frenar el vehículo despedía un fuerte olor a quemado. Además, la eficacia del frenado estaba comprometida. Alarmado, el comprador decidió enviar el coche a un taller para inspección.

La inspección revela un hallazgo surrealista

En la revisión del eje delantero, los técnicos descubrieron que las pastillas de freno no eran metálicas ni de compuesto habitual: eran de madera. Trozos de madera recortados con precisión que encajaban perfectamente en las pinzas de freno, e incluso poseían la palabra “Brembo” escrita a mano o mediante rotulador.

En las imágenes del taller se apreció polvo de madera acumulado en las llantas delanteras. También se constató que el vehículo había sido adquirido por una empresa, que se hizo cargo de contratar una grúa para remolcarlo al taller y luego notificó a la policía del distrito de Ludwigsburg (Alemania).

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¿Ingeniería artesanal o negligencia profesional?

Ante los hechos, las autoridades alemanas investigan si se trata de una actuación premeditada o mera negligencia. El uso de madera en el sistema de frenos es tan disparatado que plantea múltiples preguntas.

Una de las hipótesis es que en un taller se utilizaron esas cuñas de madera para impedir que los pistones de las pinzas se salieran durante tareas de mantenimiento. En algunos casos, este recurso se emplea provisionalmente para mover el coche sin instalar las pastillas definitivas. Pero lo inusual es que tales cuñas se conservaran hasta el momento de la venta.

Implicaciones para la seguridad y para futuros compradores

Este caso es un claro alerta roja para cualquiera que compre a través de subastas o vehículos usados de gran valor. Aunque no todos los casos llegan a tan extremos niveles, la falta de inspección detallada puede ocultar defectos graves.

  • El sistema de frenos es uno de los elementos más críticos en la seguridad vial. Un fallo puede provocar colisiones, lesiones graves o incluso la muerte.
  • Las subastas pueden ofrecer precios atractivos, pero normalmente el vehículo se adquiere “como está”, sin garantía ni prueba completa.
  • La comprobación regular de piezas de desgaste (pastillas, discos, líquido de frenos) es indispensable, especialmente si el coche tiene historial desconocido o procedencia poco transparente.

Lecciones clave para evitar engaños o negligencias

Para quienes compran coches de ocasión o a través de subastas, conviene seguir estos consejos:

Acción Por qué es importante
Solicitar informe completo de mantenimiento Revela reparaciones realizadas y posibles atajos técnicos.
Verificar historial de uso y kilometraje Un uso intensivo puede implicar desgaste extremo de frenos y otros componentes.
Exigir observar componentes de seguridad clave in situ         Una inspección visual permite detectar anomalías como sustituir pastillas por materiales no adecuados.
Acudir a un taller de confianza antes de firmar Un profesional puede detectar signos de manipulación o piezas no originales.
Comprar con garantía o acudir a marcas oficiales Reduce el riesgo frente a piezas falsificadas o modificaciones peligrosas.

En este caso concreto, la marca Mercedes‑Benz dispone de un equipo especial dedicado a la detección de recambios falsificados a escala mundial. El año anterior, se retiraron del mercado más de 1,5 millones de piezas falsificadas gracias a la colaboración entre la marca y las autoridades.

El desenlace pendiente

Por ahora, el vehículo está bajo revisión policial en Ludwigsburg, para determinar responsabilidades. Si se comprueba que fue vendido con el sistema de freno manipulado, pueden abrirse procesos por negligencia grave o fraude.

Este episodio pone de relieve que, aunque el precio sea atractivo, siempre existe un riesgo al comprar sin verificar: la sensación de “gran ganga” puede convertirse en un problema grave.

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