El Celta reactiva el modo europeo con el firme propósito de trasladar a la Europa League su buena racha de resultados a domicilio en LaLiga. Busca el conjunto de Claudio Giráldez frente al pujante Dinamo de Zagreb (Estadio Maksimir, 18.45 horas, Movistar Liga de Campeones) una primera victoria lejos de Balaídos que allane el camino de su clasificación para la siguiente ronda.
Tras perder en la jornada inaugural ante el Stuttgart y doblegar en Vigo al PAOK y al Niza, el cuadro celeste alcanzaría, si es capaz de ganar al Dinamo, 9 puntos que, con cuatro encuentros más por disputarse, le acercarían de forma notable al play-off que va conformar los dieciseisavos de final –del 9º al 24º puesto– e incluso aspirar directamente a los octavos, quedando entre los ocho primeros.
Para ello, deberán superar en la caldera del Maksimir, uno de los estadios más calientes de los Balcanes, al equipo hegemónico del fútbol croata, un rival habitual de Europa, que atesora en sus vitrinas 17 títulos ligueros y permanece invicto este curso en competición continental después de vencer como local al poderoso Fernerbahçe (3-1), superar a domicilio al Maccabi de Tel Aviv (1-3) y arrancar un empate en el campo del Malmo.
Los de Mario Kovacevic, actuales subcampeones de la liga croata, ocupan la segunda posición de la tabla en la competición doméstica, a un solo punto del Hajduk de Split, tras derrotar en la última jornada al Rijeka, campeón de la última liga.
A la jerarquía de ser un habitual de las competiciones continentales, tanto de la Europa League como de la Liga de Campeones, añade el Dinamo una gran fortaleza en el histórico estadio Maksimir, el más importante de Croacia, impulsado por la agresividad de una hinchada extremadamente combativa y hostil, que tuvo un papel preponderante en los acontecimientos que precipitaron la Guerra de los Balcanes y la posterior independencia del país.
La afición
Pero el Celta no estará solo en Zagreb. Más de medio millar de incondicionales, un número menor que en Stuttgart por la mayor complejidad del desplazamiento, arroparán al conjunto de Claudio Giráldez esta tarde. Un importante respaldo para un partido que el Celta afronta con el pie cambiado por la sensible baja de Radu, lesionado en el último compromiso liguero contra el Levante, y el contratiempo a última hora de un accidentado viaje.
Un problema técnico en el avión que debía trasladar por la mañana a la expedición celeste a Zagreb retrasó más de cinco horas la salida del vuelo en Peinador, obligando a Giráldez a reprogramar el entrenamiento del equipo, que se ejercitó en la ciudad deportiva, y demoró la rueda de prensa oficial en el Estadio Maksimir, que el técnico céltico ofreció cerca ya de las ocho de la tarde tras una breve toma de contacto con el terreno de juego.
La ausencia de Radu, todo un seguro para el Celta en este arranque de curso, no es la única baja con que cuenta el preparador celeste, que tampoco va a poder disponer para el choque de Williot, en fase final de recuperación del esguince en el tobillo izquierdo que sufrió con su selección en el último parón de selecciones, ni Javi Rueda, debido a una rotura muscular. Sí estará en cambio Yoel Lago, todavía renqueante en el último compromiso liguero y ya en plenitud de facultades.
El once
En lo referente al once, como ocurre siempre con Giráldez, todo son conjeturas. Apenas la certeza de que Iván Villar cubrirá la ausencia de Radu y que Iago Aspas, a quien el porriñés parece estar reservando este curso para Europa, formarán parte de la ecuación. El resto es toda una incógnita, con el condicionante de que el entrenador celeste tendrá que dosificar el esfuerzo pensando en la visita liguera del Barcelona a Balaídos el próximo domingo.
Por lo que respecta al Dinamo, los de Mario Kovacevic tienen la expectativa de sumar un tercer triunfo que prácticamente sellaría sus clasificación para la siguiente ronda con cuatro partidos todavía por disputarse. El preparador croata cuenta con las bajas por lesión del lateral Moris Valincic y el español Raúl Torrente, y tampoco dispone, por no estar inscrito en Europa, del argelino cedido por el Milan Ismael Bennacer.















