Una ley que devuelve la esperanza
La Ley de Segunda Oportunidad, vigente en España desde 2015, nació para ofrecer una salida real a quienes se ahogan en deudas. Inspirada en modelos internacionales con más de un siglo de historia, esta normativa permite a ciudadanos y autónomos cancelar sus obligaciones económicas si cumplen una serie de condiciones éticas y judiciales. Más información oficial puede consultarse en la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado.
En el Campo de Gibraltar, una comarca duramente golpeada por la precariedad laboral, dos hombres se han convertido en símbolo de esta oportunidad legal. Ambos acudieron al despacho Repara tu Deuda Abogados, pionero en la aplicación de la norma en España, que ya ha logrado la cancelación de más de 360 millones de euros a favor de particulares.
El caso de San Roque: cuando el esfuerzo no basta
Un emprendedor atrapado por la crisis
El primero de los protagonistas, vecino de San Roque, acumuló 49.355 euros tras intentar levantar una pequeña empresa de reformas. Solicitó préstamos para adquirir materiales y mejorar viviendas familiares, pero el negocio no prosperó. A la quiebra se sumó un divorcio que agravó su situación económica.
Con un hijo a su cargo y una motocicleta como único medio para acudir al trabajo, el endeudamiento se volvió insostenible. Tras acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, la justicia le concedió la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI), quedando libre de todas sus obligaciones financieras.
Una nueva etapa personal
“No podía dormir. Cada llamada del banco era una pesadilla”, relató ante el equipo jurídico que llevó su caso. Hoy, este sanroqueño asegura haber recuperado la estabilidad y la confianza para volver a emprender, pero sin cargas del pasado. Su historia muestra que el fracaso económico no tiene por qué ser definitivo.
El caso de Algeciras: la espiral de los préstamos
De la inestabilidad laboral al colapso
El segundo beneficiado, residente en Algeciras, arrastraba 62.420 euros de deuda. Durante años encadenó empleos temporales y periodos de desempleo. Para sostener el alquiler y los gastos familiares, recurrió a pequeños créditos que pronto se convirtieron en un bucle sin salida.
Tras una separación, se vio obligado a alquilar otra vivienda y aumentar su endeudamiento. Los intereses crecían mientras sus ingresos caían. El procedimiento judicial,












