Vivimos en una sociedad muy conectada. La tecnología, las redes sociales y la velocidad de la información han transformado la manera en la que pensamos, sentimos y actuamos. Sin embargo, detrás de esa hiperconexión, existe la sobrecarga mental y emocional. La neurocientífica y directora de ‘Mindstudio’, Ana Ibáñez, en el podcast ‘Tengo un Plan’, reflexiona sobre los peligros que afrontan nuestro cerebro en este contexto.
Según explica, el cerebro «quiere sobrevivir» y para eso necesita estabilidad. Aun así, el mundo actual es todo lo contrario. «Vivimos en un mundo de absoluta incertidumbre cada vez más rápida, de mucha información que nos llega por muchas maneras que no somos capaces de procesar«, señala. Ibáñez cuenta que esta situación activa nuestros mecanismos del miedo y se intensifica con factores como amenazas de conflictos, crisis globales o cambios en nuestras vidas.
Los peligros de la sociedad actual respecto al cerebro
La neurocientífica advierte que el miedo se ha convertido en un estado mental común. Ante la palabra «guerra», por ejemplo, nuestros cerebros activan una alarma en nuestro sistema, incluso cuando no estamos directamente involucrados. Ese miedo deteriora nuestra capacidad de pensar con claridad y tomar decisiones prudentes.
Por eso, la profesional subraya la importancia de asumir una «responsabilidad individual, para reconducir nuestra mente hacia algo constructivo. «Voy a sembrar con buena energía a la gente que tengo alrededor que no ve lo que yo veo y voy a intentar transmitir un poco más mi optimismo. Voy a dejar a mi cerebro funcionar mejor fuera del miedo para que ayude a otros a que también funcionen fuera del miedo«, resalta Ibáñez.
Otro de los riesgos que señala la directora de ‘Mindstudio’ es la fragmentación de la atención. «Nuestra atención está tan dividida que al cerebro le cuesta pararse a pensar«, comenta. La inmediatez y las redes sociales generan una mente hiperactiva pero superficial. La solución, según ella, pasa por algo muy sencillo y difícil a la vez, pararse a reflexionar.
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Preguntarnos qué sentimos realmente, cuestionar y recuperar el sentido humano de las cosas. Solo de esta manera, podremos liberar al cerebro del miedo y de la ansiedad, y construir una sociedad más consciente y emocionalmente sana.










