De los escenarios locales al éxito internacional
Con solo 24 años, Lucía Caraballo es ya una de las caras más prometedoras del audiovisual español. Su trabajo en producciones como Estoy vivo o El secreto de Puente Viejo consolidó una base artística que ahora florece con fuerza en Animal, la ficción de Netflix que se mantiene en el top 1 en países como España, Italia o Argentina.
La actriz, formada en danza y teatro desde niña, recuerda con cariño sus primeros pasos en el Teatro Municipal de Rivas. Allí descubrió que su camino no sería lineal, pero sí constante. «Nunca tuve a nadie diciéndome: dedícate a esto, eres buena», confiesa. Y, aun así, siguió adelante.
Una carrera forjada a base de constancia
Caraballo admite que ha vivido momentos de incertidumbre, alternando periodos de trabajo con etapas de espera. “He aprendido a estar en calma. En esta profesión, nada es tan perfecto cuando va bien ni tan terrible cuando va mal”, explica con serenidad. Su equilibrio emocional, afirma, es fruto de la paciencia, la terapia y una profunda vocación artística.
Pero el camino no siempre fue amable. En sus inicios, recibió un consejo desalentador: una directora de casting le recomendó abandonar la interpretación. “Me dijeron que no me dedicara a esto”, recuerda. Esa frase, que hoy rememora con humor, podría haberla apartado del arte. En lugar de hacerlo, se convirtió en combustible para seguir luchando.
‘Animal’: una serie con alma
Dirigida por Víctor García León y producida por Alea Media, Animal ha conquistado al público por su naturalidad. A diferencia de otras producciones frenéticas, apuesta por los diálogos y los personajes humanos, llenos de contradicciones y matices. Según Caraballo, esa autenticidad ha devuelto a las familias el hábito de sentarse juntas frente al televisor.
Su papel como Uxía ha sido un punto de inflexión: “Me dieron mi primer papel protagonista y confiaron en una actriz joven madrileña. Fue un acto de fe por parte del equipo y de Luis Zahera”. Zahera, con quien comparte la mayor parte de las escenas, la describe como “una actriz disciplinada, con una energía única”.
La conexión con Luis Zahera
La química entre ambos se refleja dentro y fuera de cámara. “Luis es el animal oficial de España y de Galicia. Trabajar con él es como volver a la infancia: todo es juego”, afirma Lucía. Entre risas, recuerda los momentos de rodaje en los que no podían contener la carcajada, especialmente durante una secuencia en el karaoke que se volvió mítica para el equipo.
“Nos reímos tanto que hubo tomas imposibles de terminar. En una escena, me decía una barbaridad y no podía mirarle a los ojos sin reírme”, relata. Esa espontaneidad, según la actriz, fue clave para la autenticidad de Animal.
La serie que une generaciones
Animal se ha convertido en un fenómeno no solo por su humor, sino también por su trasfondo social. Ambientada en Galicia, aborda temas universales como la crisis rural, la precariedad laboral o el miedo al fracaso. “Uxía representa a una generación perdida, que no sabe quién es ni qué quiere. Esa búsqueda conecta con mucha gente”, explica Caraballo.
El éxito internacional ha sorprendido incluso a su equipo. En Francia, Italia, Argentina y Uruguay, la serie ha alcanzado los primeros puestos de visualización en Netflix. “Un producto tan local ha conseguido conectar con públicos de todo el mundo”, celebra la actriz.
El valor del trabajo colectivo
Lucía no deja pasar la oportunidad de mencionar a quienes han marcado su camino. De Víctor García León dice que “es un maestro”. De Alea Media, que “le cambió la vida”. Y de su representante, Sara, que “apostó por ella como una leona”. Cada nombre forma parte de una historia de esfuerzo y compromiso artístico.
Actualmente, la actriz trabaja en una nueva producción titulada Amistades peligrosas, donde vuelve a coincidir con Pilar Castro. “Estoy muy agradecida por los equipos humanos que se forman en cada proyecto. Lo más importante son siempre las personas”, subraya.
Un mensaje de inspiración
Lucía Caraballo es hoy una de las jóvenes promesas del cine español. Su evolución demuestra que la perseverancia y la autenticidad pueden abrirse paso en una industria competitiva. A quienes comienzan, les deja un mensaje claro: “Si no hubiera sido tan cabezota, no estaría aquí”.
Con el reconocimiento que le ha traído Animal, la actriz madrileña consolida su lugar entre las figuras más destacadas del audiovisual nacional. Y, mientras las familias siguen descubriendo su historia en Netflix, aquella frase que un día la desanimó se ha convertido en el recordatorio de que ningún consejo negativo puede detener una vocación verdadera.
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