El Servigroup Peñíscola se impuso por la mínima al Noia Portus Apostoli (1-2) en un encuentro muy disputado que terminó empañado por una tangana final y por el comportamiento hostil de parte de la afición local.
Durante todo el partido, tanto el entrenador visitante, Santi Valladares, como el jugador Juanqui fueron objeto de insultos desde la grada. La situación se descontroló tras el pitido final, cuando la tensión en la pista derivó en un enfrentamiento entre jugadores y el público local.
Según fuentes del club peñiscolano, un penalti no señalado a favor del Noia, una pequeña tangana posterior y la celebración del triunfo visitante provocaron una reacción desmedida de un sector de la afición. La Policía tuvo que intervenir para frenar los altercados dentro y fuera del pabellón.
De hecho, el propio Valladares no pudo comparecer en rueda de prensa y tuvo que abandonar el pabellón escoltado por agentes, junto al resto del equipo, que aún fue increpado por un grupo de unas 30 o 40 personas mientras subía al autobús. Afortunadamente, la Policía controló la situación y el Peñíscola pudo abandonar la localidad gallega de Noia.















