Los escenarios de riesgo para España aumentan. No hay más remedio que mirar al sur de Asia además de al Magreb, el Sahel, el Este europeo y el Báltico. La inestabilidad que vienen mostrando las cadenas de suministro de productos clave desde la pandemia de 2020, la imprevisibilidad rusa y la pujanza militar china han convertido al área del Indo-Pacífico en zona clave para los intereses españoles.
Es el motivo de fondo para una gira que el almirante general Antonio Piñeiro, jefe de Estado Mayor de la Armada, lleva a cabo estos días por Indonesia y Australia. Se ha elegido para el viaje oficial dos epicentros de la defensa de esa zona, de redoblada importancia en el equilibrio geoestratégico, y que la Armada considera «socios esenciales en la región»..
Piñeiro viaja, según ha informado la Armada, con el objetivo de «reforzar la cooperación naval y promover la seguridad marítima internacional». La visita se prolongará hasta el próximo 7 de noviembre y lleva en agenda contactos con los jefes de las marinas de guerra de los dos países, además de una participación en la conferencia Indo-Pacific Sea Power 2025, convocada por la Royal Australian Navy en Sidney.
La Armada contempla la zona como «área de interés estratégico propio y compartido con nuestros socios europeos» -considera en una nota emitida este viernes-, un punto clave para las cadenas logísticas mundiales, donde se concentra el 60% del PIB global y por donde pasa el 40% del comercio de la UE, con dos puntos de extrema importancia: el estrecho de Malaca y el mar al sur de China.
«La estabilidad de la región es esencial para la prosperidad de Europa y España y para el bienestar de los ciudadanos españoles», dice la Armada en su comunicado
Industria naval
La implicación naval española con el área va más allá de lo puramente militar. En Australia, la empresa pública Navantia -constructora de los submarinos Isaac Peral y Narcís Monturiol y de las nuevas fragatas F110– tiene una filial que opera con una alianza estratégica con la frima SAGE Automation. La entente desarrolla el SICP, o Sistema Integrado de Control de Plataforma, un programa de gobierno de buques para la Royal Navy Australiana.
Navantia sostiene además en Austrialia el Marintec (Martitime Institute of Technology) que conecta a la Universidad Tecnológica de Sidney con universidades españolas.
Plantilla de Navantia Australia en Sidney, en una foto institucional tras la firma de un acuerdo de apoyo al diseño de la Marina australiana. / Navantia
En Yakarta, en junio pasado, Navantia atraía visitas de marinos del sudeste asiático en Indo Defence 25, la feria local de industria de defensa, en la que promocionó su capacidad para la construcción de grandes buques portaaeronaves como LHD Juan Carlos I, y el programa de modernización de fragatas que tiene ahora en desarrollo.
Indonesia es uno de los países a los que Navantia transfiere datos en el marco de sus programas de construcción de plataformas offshore para instalación de plantas energéticas en el mar. Indonesia fue el primer comprador del sistema español de gestión del combate naval CATIZ, dentro de un contrato de modernización de corbetas de aquel país.
Océanos (y problemas) conectados
La Conferencia sobre el Poder Marítimo en el Indo-Pacífico que este año alberga Sidney, y a la que va a asistir el jefe de Estado Mayor de la Armada, se va a celebrar entre los días 4 y 6 de noviembre con Australia incrementando su mirada a las rutas marítimas por las que vende y se abastece, no solo de productos manufacturados y materias primas: también de energía y de datos y comunicaciones.
El encuentro se celebra en una etapa de vigilancia crucial del área por parte de Australia, cuya Royal Navy lleva una larga temporada reflexionando sobre la dependencia australiana del mar. «En la defensa de las costas australianas y la garantía de nuestro acceso al mar y la seguridad de la infraestructura vital en el ámbito marítimo, nuestra Navy es fundamental para la seguridad y el éxito económico de nuestra nación», dicen en el documento de invitación a militares y observadores internacionales.

Un helicóptero filipino aterriza en la fragata HMAS Ballarat de la marina australiana. / SBLT Jake Badlor
Esa conferencia de Sidney enfocará por el sur el área. Para el ocho de diciembre hay previsto otro encuentro estratégico, también de inspiración anglosajona, para abordar la seguridad marítima mirando desde el norte.
Es la Sea Power Conference 25. Será organizada en Londres por el almirantazgo británico y el think tank Council on Geoestrategy, grupo privado de expertos en análisis geopolítico y potencia militar internacional. En sus planteamientos iniciales de cara a la conferencia, el Consejo hace a sus invitados esta consideración: «El Reino Unido y sus aliados se enfrentan a un mundo peligroso. La agresión rusa amenaza la región euroatlántica y el Ártico. La competencia estratégica se intensifica y se vuelve impredecible», y apunta otro riesgo: «Las ideologías extremistas están en auge y los rápidos avances tecnológicos están transformando la guerra».
Pero no solo atiende a la amenaza rusa en aguas del norte occidental. El planteamiento se sitúa en un futuro en el que, con el Ártico derretido por el aumento de temperaturas, Pacífico y Atlántico tengan sus aguas conectadas por el norte… con Rusia y China en medio. Es el «Norte Ampliado», una nueva área de desafío a la que la Conferencia del Poder Marítimo va a dedicar un evento paralelo que se va a celebrar a bordo del portaviones HMS Price of Wales con colaboración de otro ente de debate geoestratégico: el Pacific Future Forum.
Es la mesa redonda «El “Norte Ampliado”: ¿Un nuevo frente que conecte el Euroatlántico y el Indo-Pacífico?», de acceso exclusivo para jefes militares y un reducido grupo de expertos. A ese colectivo les hace este planteamiento: «A medida que el cambio climático abre el Ártico y se intensifica la competencia geopolítica, las regiones euroatlántica e indopacífica se interconectan cada vez más. La posición geográfica de Rusia, potencialmente reforzada por el apoyo chino, le permite ejercer influencia sobre este emergente «Norte Ampliado»».
El planteamiento da idea de lo global de los nuevos desafíos, y ayuda a explicar el giro de la mirada de la Armada hacia un área en la que las Fuerzas Armadas españolas están ausentes desde la pérdida de Filipinas ante Estados Unidos en 1898.
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