Lo imposible a 90 minutos de distancia. Aquello que no has conseguido durante más de cien años, en 27 ocasiones, al alcance de tu mano. Once contra once, césped y un balón. El Elche volverá a intentar este domingo (18:30 horas) en Barcelona, aunque no en el Camp Nou, ganar al Barça a domicilio. Nunca lo hizo, alguna vez ocurrirá. Y si…
La visita franjiverde será al estadio Olímpico de Montjuïc, lugar donde España se abrió al mundo en 1992 con los mejores Juegos de la historia. Allí se produjeron hitos que, aquellos que ya empiezan a peinar canas, todavía guardan en su retina en el cofre de recuerdos de la infancia. Allí Fermín Cacho recorrió un kilómetro y medio inolvidable y firmó un esprint en la recta final para derrotar a los favoritos, especialmente al argelino Morceli, y colgarse la medalla de oro. Ahora, el Elche quiere ser Fermín (Cacho). Ganar a Morceli parecía imposible. No lo fue.
Aquella carrera posiblemente la presenció desde el salón de su casa familiar de veraneo un chaval de 12 años llamado Eder. Soñaba con marcar goles en San Mamés, como había hecho hasta poco tiempo antes su padre. A la vez que Cacho ganaba el oro, la selección de fútbol de los Cañizares, Kiko, Luis Enrique y compañía disputaba la final, en el Camp Nou, contra Polonia. Aquel equipo también subió a lo más alto del podio. Aquella noche de agosto de 1992, un preadolescente Eder Sarabia posiblemente se iría a la cama soñando con ganar en el Camp Nou, con volar en Montjuïc. 33 años después cumple esos sueños, no como futbolista sino como entrenador. No en el Athletic sino en el Elche. Y no deja de ser feliz por ello.
El entrenador del Elche fue claro en sala de prensa. Respeta la historia, pero no se rinde ante ella. Su equipo va a ir a Barcelona a desarrollar su estilo de juego, cueste lo que cueste. Da igual no haber ganado nunca como visitante al Barça. Da igual que los azulgranas lleguen con dudas tras la derrota de la semana pasada en el Clásico. Da igual que su enfermería esté vacía, por primera vez este curso, y la de su rival rebosante. Jugar y ganar. En ese orden. Esa es la idea de este proyecto. En el Martínez Valero. En el Camp Nou. Y en Montjuïc.
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La mejor noticia para un técnico siempre es tener la mayor dificultad posible a la hora de hacer un once titular, tanto por el buen rendimiento general del equipo como por la disponibilidad de todos sus futbolistas. Esas dos circunstancias se mezclan en la actualidad deportiva ilicitana. Sarabia no tiene bajas, tras recuperar a Yago y a Diang y confirmar que el susto de Héctor Fort en Copa se quedó simplemente en eso. Podrá alinear a su once de gala, en el que todo apunta a que pueda recuperar la línea de tres centrales para defender mejor e iniciar la creación con más alternativas, una fase del juego de la que no quedó nada satisfecho hace una semana, en la visita, con derrota, al otro equipo de la Ciudad Condal, el Espanyol.
Ganar a domicilio no es que sea una obligatoriedad para un recién ascendido, pero al Elche ya le empieza a picar el hecho de no haberlo hecho todavía en este inicio de temporada tan bueno, en puntos y en sensaciones, cuando se acaba de estrenar el mes de noviembre. En algunas salidas, especialmente en Sevilla, estuvo muy cerca de conseguirlo. Lo tuvo al alcance de su mano… y lo dejó escapar. Para ganar en Barcelona el grupo es consciente de que necesita la mejor versión de sus pilares. Que Affengruber sea un muro atrás, que Febas lleve la batuta en el centro del campo, que André Silva y Rafa Mir anden certeros de cara a portería… y que la magia, en ausencia del azulgrana Pedri, la ponga Rodrigo Mendoza, al que se espera de regreso a la titularidad.
Sin Pedri, con Lewandowski
En clave azulgrana, el partido de este domingo servirá para medir la capacidad de reacción de los hombres de Hansi Flick tras la derrota contra el Real Madrid, tercer varapalo del curso tras los anteriores ante Sevilla y PSG. Sin Pedri, sancionado y lesionado, el liderazgo debe caer (aún más) sobre Lamine Yamal, pese a sus molestias en el pubis. Si el Barça está herido después de perder contra su máximo rival, su nuevo crack debería estarlo más, al no haber podido brillar en ese partido tan señalado y, como extra, haberlo terminado en el centro de la polémica por sus palabras durante la previa.
Lamine y Lewandowski celebran un gol / Joan Monfort / AP
Esta semana no ha hablado, pese a tener una entrevista programada, cancelada en pacto con su club. Aparentemente se ha dedicado a entrenar y descansar, con días para ello al estar el Barça exento de jugar las primeras rondas de Copa. Flick recupera para esta cita a Lewandowski y Dani Olmo, aunque previsiblemente ninguno de ellos será titular. En la enfermería siguen, además del talentoso canario, los porteros Ter Stegen y Joan García, el defensa Christensen, el centrocampista Gavi y el delantero Raphinha. No es poca cosa.
Al técnico alemán le preocupan los suyos… y el Elche. Reparte elogios a su estilo y advierte de su peligro. «Está jugando un fútbol fantástico. Me encanta lo que le he visto. Tendremos que presionarles porque suelen pensar como equipo y siempre buscan la mejor manera de salir jugando. No tenemos que darles el plan de partido», dijo Flick sobre los franjiverdes. Un plan que Sarabia no consiguió ejecutar en Cornellà. Un plan que el Elche nunca ha completado ante el Barça. Ganar allí. Como Cacho. Y si…
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