Míchel Sánchez analizó con gesto serio la derrota del Girona frente al Getafe en el Coliseum. El técnico reconoció que el partido estuvo igualado, pero volvió a señalar los errores en los detalles como la gran losa que arrastra su equipo. “Nos ha condenado el balón parado, aunque ha sido un partido igualado. Hemos tenido un par de acciones más peligrosas que las de ellos, pero el balón parado nos ha condenado y tenemos que evitar según qué situaciones en el segundo palo”. El cuadro azulón, según el técnico, no regala nada.
Pese al resultado, el entrenador valoró el esfuerzo del equipo en un encuentro disputado en el que los pequeños matices volvieron a decidir. “Hemos competido a nivel de duelos y hemos tenido bastantes situaciones para hacer daño en tres o cuatro acciones, y la realidad es que hemos competido muy bien. Se han llevado una victoria merecida porque ellos han seguido empujando y nosotros no hemos sabido aprovechar nuestras ocasiones”, reconoció, lamentando el mal sabor de boca al no llevarse nada por enésima vez esta temporada.
Míchel, que no esconde su frustración por los resultados, insistió en que mantiene la fe en el trabajo del grupo y en su capacidad para levantar el vuelo. “Veo al equipo con la capacidad de seguir de aquí, lo tengo claro. Ahora estoy de bajón, pero tengo la sensación de que iremos a más y seguiremos trabajando los pequeños detalles porque es lo que marcan el devenir de los partidos y no estamos sabiendo ponerlo a nuestro favor”, aseguró, incidiendo que la moneda no suele caer nunca de cara.
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Por último, el técnico quiso dejar claro que se siente respaldado y con fuerzas para continuar al frente del proyecto. “Llevo cinco años y siempre he tenido la confianza del club y la seguridad de que estamos en el mismo proyecto. Veo al equipo que va a ir a más y nos marcaremos cada partido como una final. Tengo fortaleza y en ese aspecto estoy mejor que nunca”, concluyó.
