Este ingrediente común esconde un mineral clave que regula el azúcar en sangre

Una especia con potencial terapéutico

Más allá de su aroma característico, la canela se posiciona como un aliado nutricional clave gracias a su concentración de compuestos bioactivos y minerales esenciales. Según el nutricionista Alex Yáñez, su inclusión moderada en la dieta puede ayudar a mejorar el control glucémico en personas con diabetes tipo 2.

“En el ámbito clínico, la canela ha demostrado efectos positivos en la regulación de la glucosa, la sensibilidad a la insulina y otros indicadores metabólicos”, afirmó Yáñez. Añadió que una cantidad tan reducida como un gramo diario puede aportar beneficios significativos sin riesgos asociados.

Hierro en dosis sorprendentes

Uno de los datos más reveladores expuestos por Yáñez es la alta concentración de hierro presente en la canela, incluso en dosis pequeñas. “No hace falta consumir grandes cantidades. Con un gramo diario ya estamos ante uno de los alimentos más ricos en hierro”, aseguró.

Este mineral es clave en funciones como el transporte de oxígeno, la producción de energía y el refuerzo del sistema inmunológico. En personas con deficiencia de hierro, una dieta rica en alimentos como la canela puede ayudar a mejorar el balance mineral de forma natural.

Un refuerzo metabólico integral

Según el especialista, el efecto de la canela en pacientes con diabetes es “espectacular”. “Mejora todos los parámetros que queramos mejorar. Es por eso que se recomienda consumirla, por ejemplo, junto a un té después de las comidas”, explicó Yáñez. El té actúa bloqueando la absorción de ciertos hidratos de carbono, mientras que la canela regula la carga glucémica restante.

Estudios publicados en el Journal of Clinical Lipidology respaldan estas afirmaciones. El consumo diario de entre uno y cuatro gramos puede reducir significativamente los niveles de triglicéridos y colesterol total, al tiempo que mejora los niveles de glucosa en sangre.

Propiedades antioxidantes y antiinflamatorias

Procedente del árbol Cinnamomum zeylanicum, originario de Sri Lanka, la canela contiene compuestos como el cinamaldehído y los polifenoles, conocidos por sus efectos antioxidantes, antimicrobianos y antiinflamatorios. Estas propiedades ayudan a proteger las células del estrés oxidativo y a prevenir el desarrollo de infecciones por bacterias u hongos.

Este perfil fitoquímico convierte a la canela en un ingrediente ideal dentro de una dieta variada y equilibrada. Además, su facilidad de incorporación en bebidas y platos dulces o salados la hace una opción práctica para el día a día.

Elección consciente: Ceilán vs. cassia

Yáñez advierte que no todas las variedades de canela son igual de seguras. La más común, la canela cassia, contiene cantidades elevadas de cumarina, un compuesto que puede afectar negativamente al hígado si se consume en exceso.

Por esta razón, el experto recomienda optar por la canela de Ceilán —también conocida como canela verdadera—, mucho más adecuada para el consumo habitual. Esta variedad tiene un sabor más suave y un perfil químico más seguro a largo plazo.

Conclusión: una pizca con grandes beneficios

El mensaje de Alex Yáñez es claro: incorporar pequeñas cantidades de canela en la dieta puede tener un efecto positivo y seguro en la salud metabólica. Su riqueza en hierro, combinada con su capacidad para regular la glucosa, la convierten en una especia con más funciones que sabor.

Sin efectos secundarios si se consume con moderación y eligiendo la variedad adecuada, la canela se confirma como una herramienta natural en la prevención y control de problemas metabólicos como la diabetes tipo 2.

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