Letonia ha acordado retirarse del llamado Convenio de Estambul, considerado un puntal para la lucha contra la violencia sobre la mujer, tras prosperar una moción de la ultraderecha respaldada por la oposición y por un partido del Gobierno de centro-izquierda. Es la primera vez que adopta esta decisión un miembro de la Unión Europea (UE). Hasta ahora solo Turquía había abandonado el tratado, en 2021.
Uno de los argumentos esgrimidos en la moción del partido Letonia Primero (LPV), integrado en el grupo de los Patriotas para Europa de la Eurocámara, es que la convención está fundamentada en la «ideología de género».
Su propuesta fue respaldada por 56 diputados del Saeima, el Parlamento letón, frente a 32 en contra. Entre los partidos que la apoyaron hay formaciones opositoras nacionalistas, prorrusas y centristas, así como la Alianza de Verdes y Campesinos, socio del tripartito de la primera ministra, Evika Silina.
La decisión letona ha desatado críticas a escala parlamentaria de países nórdicos –Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia–, así como de la Asamblea del Consejo de Europa (APCE). Según su presidente, Theodoros Rousopoulos, la retirada de un país de la UE, de consumarse, será «un retroceso sin precedentes», «altamente preocupante» y basado en argumentos «alimentados por la desinformación». El tratado fue auspiciado por el Consejo de Europa en 2011 como instrumento continental contra la violencia de género y fue ratificado desde entonces por 39 países.
Algunos argumentos de los impulsores de la moción no difieren de los dados por Turquía al retirarse. Consideran que «incentiva» a la homosexualidad o la transexualidad a los jóvenes. Defienden asimismo que son regulaciones impulsadas «desde el exterior», lo que vulnera la soberanía nacional. Aseguran finalmente que Letonia tiene su propia legislación contra la violencia de género, por lo que la convención es redundante.
El país báltico había ratificado la Convención de Estambul en 2023. La formalización de su salida está pendiente de la firma del presidente del país, Edgards Rinkevics, quien a través de X indicó que «analizará» el texto sin tomar en cuenta cuestiones «ideológicas o políticas», sino «jurídicas». En caso de que lo refrende, Letonia deberá notificar su retirada al Consejo de Europa y a los tres meses se considerará que el país se ha desvinculado de la obligación de ceñirse a esas medidas.
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