Las claves
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Los números son alarmantes. El principal partido de la oposición de Tanzania, Chadema, denunció este viernes la muerte de alrededor de 700 personas en el marco de las protestas que estallaron el miércoles a raíz de la celebración de las elecciones generales. Unos comicios ensombrecidos por las denuncias de fraude contra la presidenta Samia Suluhu Hassan y su Partido de la Revolución (CCM, por sus siglas), que gobierna el país con puño de hierro desde su independencia en 1961.
Chadema, excluido del proceso electoral, contabiliza al menos 350 muertos en Dar es Salaam y más de 200 en la ciudad de Mwanza, a orillas del lago Victoria. «Nuestro mensaje al Gobierno es que dejen de matar a nuestros manifestantes», declaró este viernes el portavoz de la formación, John Kitoka. «Pongan fin a la brutalidad policial».
Las cifras son abultadas, pero creíbles pese a la dificultad de contrastarlas por los cortes de internet que se suceden desde la jornada electoral.
Los manifestantes quemaron oficinas del Gobierno y otros edificios públicos, saquearon centros de votación y arrancaron carteles de Hassan y su partido. Las autoridades han establecido un toque de queda en Dar es Salaam, pero la fuerte presencia policial y militar en la capital económica del país no ha disuadido a los manifestantes.
Las protestas siguen activas en los barrios que rodean a la ciudad más grande del país. El volumen de las manifestaciones ha disminuido como consecuencia de la represión policial, pero Kitoka hizo un llamamiento este viernes para continuar «hasta que se atiendan nuestras demandas de reformas electorales».
Setecientos muertos son muchos muertos. El Gobierno de Samia Suluhu habla, sin embargo, de algunos «incidentes aislados». El jefe de las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Tanzania, Jacob John Mkunda, cargó este mismo jueves contra «algunos» manifestantes por cometer «actos criminales». «Son criminales y estos actos deben cesar inmediatamente», declaró en televisión nacional.
«Los informes que hemos recibido indican que al menos 10 personas han muerto», declaró este viernes desde Ginebra el portavoz de derechos humanos de la ONU, Seif Magango. Los fallecidos han sido contabilizados en las ciudades de Dar es Salaam, Shinyanga y Morogoro.
Magango pidió a las fuerzas de seguridad tanzanas que se abstuvieran de «usar una fuerza innecesaria o desproporcionada» contra los manifestantes, pero también pidió a los manifestantes que no abandonaran la vía pacífica.
Autoritarismo
Existe un fuerte descontento con el régimen representado por Samia Suluhu, la primera presidenta de la historia de Tanzania, que tomó las riendas del país africano tras la muerte del expresidente John Magufuli en 2021.
Samia Suluhu recibió el elogio de la comunidad internacional por aliviar la represión política en los primeros compases de su mandato. Pero no tardó en arrepentirse.
El líder de Chadema, Tundu Lissu, permanece en prisión desde abril. El líder de la formación de centroderecha está siendo juzgado por traición, un delito que puede procurarle la pena de muerte.
Su otro gran rival en las urnas, Luhaga Mpina, un antiguo miembro del partido gobernante que decidió pasar a las filas del opositor ACT-Wazalendo, quedó descalificado dos veces para concurrir a las elecciones.
«El régimen de Hassan no solo ha puesto a la oposición en desventaja, sino que prácticamente ha cerrado toda posibilidad de competencia electoral», escribe el analista Dan Paget en las páginas del Journal of Democracy. «Con los principales candidatos opositores excluidos, se espera que Hassan gane una victoria vacía frente a los dieciséis candidatos restantes, de poca relevancia».
«Su partido probablemente mantenga también su amplia mayoría en el parlamento de 393 miembros», añade el investigador.
Los resultados definitivos no estarán disponibles hasta este sábado. Según la emisora estatal TBC, la comisión electoral había anunciado este viernes los resultados de unas 80 de las 272 regiones del país.
En el archipiélago semiautónomo de Zanzíbar, que elige su propio Gobierno y presidente, el actual mandatario Hussein Mwinyi ganó con casi el 80 por ciento de los votos. Mwinyi forma parte del gobernante CCM. La oposición en Zanzíbar, como en el continente, denunció un «fraude masivo».















