Estados Unidos ha llevado a cabo su décimo quinto ataque contra una supuesta «narcolancha», otra vez en el océano Pacífico. La acción tuvo lugar el pasado miércoles y provocó cuatro muertes. Con este hundimiento, informado por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, nuevamente a través de X, la cantidad de víctimas fatales desde que se iniciaron las operaciones a comienzos de septiembre asciende a 61.
Hegseth se apegó al tono sumario de las anteriores intervenciones en la red social. «Siguiendo instrucciones del presidente Trump, el Departamento de Guerra ha llevado a cabo un ataque cinético letal contra otra embarcación dedicada al narcotráfico operada por una organización terrorista designada (DTO) en el Pacífico oriental». La embarcación, «al igual que todas las demás, era conocida por nuestros servicios de inteligencia por su participación en el contrabando ilícito de narcóticos». La misma «transitaba por una ruta conocida de narcotráfico y transportaba narcóticos». Después de la descripción del episodio, Hegseth añadió el fundamento político y la advertencia: «el hemisferio occidental ya no es un refugio seguro para los narcoterroristas que traen drogas a nuestras costas para envenenar a los estadounidenses. El Departamento de Guerra seguirá persiguiéndolos y eliminándolos dondequiera que operen».
Los primeros ataques fueron llevados a cabo en aguas del Caribe Sur y considerados una amenaza directa a Venezuela, que ha declarado el «estado de conmoción exterior» además de convocar a millones de ciudadanos a alistarse en las milicias. Luego se desplazaron a las aguas del Pacífico colombiano, en medio de una fuerte controversia retórica entre Trump y el presidente Gustavo Petro.
En la última acción previa a la informada en la noche del miércoles, y en la que perdieron la vida 14 personas, Washington pidió a rescatar al único sobreviviente, pero la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que los esfuerzos de búsqueda resultaron infructuosos.
 
                