En la ciudad de Zamora, el cuerpo de la Policía Local atraviesa una situación de extremo malestar: desde febrero no han cobrado ninguno de los más de 600 decretos firmados por servicios extraordinarios, lo que significa que han efectuado trabajos, cumplido horas y asumido responsabilidades sin recibir un solo euro. A eso se añade que llevan un año sin contar con un cuadrante de trabajo definido que permita planificar turnos y conciliar la vida personal.
El conflicto no se limita a la cuestión salarial. Los agentes critican que, a pesar de sentencias judiciales firmes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y del Juzgado de Primera Instancia que reconocen derechos como la lactancia, el Ayuntamiento de Zamora aún no los ha implementado. Tampoco se han producido avances relevantes en la carrera profesional, en la valoración de los puestos de trabajo, en el reconocimiento del quebranto de moneda o en la reducción de jornada que otros funcionarios ya disfrutan.
Según explican los sindicatos, desde antes del verano no se ha convocado ni una sola mesa de negociación, generando un clima de bloqueo: “No hay diálogo, no hay avances, no hay respuestas”.
Movilizaciones y protestas ante la inacción municipal
Hay que recordar que ya se han producido movilizaciones en la capital zamorana por este motivo. Por ejemplo, en abril, los policías municipales se concentraron junto a los bomberos frente al Consistorio, denunciando la “inacción” del equipo de gobierno municipal y exigiendo que se cumpliera el compromiso de abrir una mesa de negociación. La protesta incluyó actos simbólicos y advertencias de nuevas movilizaciones si no se revertía la situación. Según los afectados, no aceptan más aplazamientos ni medidas paliativas: reclaman beneficios tangibles y cumplimiento inmediato de derechos laborales básicos.
Paradójicamente, el área de Personal del Ayuntamiento está dirigida por Izquierda Unida, formación que históricamente se ha postulado como defensora de los trabajadores. Un punto que, según los agentes, hace aún más evidente el contraste entre el discurso público y la realidad concreta. Los sindicatos señalan que esta “desatención institucional” no solo afecta a los profesionales, sino que tiene repercusiones directas en la seguridad del conjunto de los ciudadanos de Zamora, ya que un cuerpo motivado y bien gestionado es clave para prestar un buen servicio público. La plantilla, por su parte, advierte que de no recibir respuestas en breve, volverán a movilizarse con mayor intensidad. No se trata de una amenaza: explican, es la consecuencia natural de meses de silencio y falta de acción institucional.












