Fabricar un coche en Marruecos cuesta 90 euros en concepto de costes laborales. Hacerlo en España exige alrededor de 820. Y en Italia, 1.770. Esas diferencias son la que están marcando el nuevo equilibrio global de la industria automovilística, según el último Labour Cost per Vehicle Report 2024, uno de los estudios de referencia en el análisis de la competitividad industrial del sector. Si bien el informe no realiza valoraciones por compañías, la comparación sirve para ilustrar por qué ciertos fabricantes europeos están reforzando su presencia en el norte de África o incluso en zonas como Turquía. Un ejemplo claro es Stellantis, que tiene su principal planta en Vigo (por volumen de producción y eficiencia) y apuesta fuerte por el norte africano (Kénitra y Tafraoui, en Argelia) y por la instalación del grupo en suelo turco (en Bursa).
Elaborado a partir de datos de producción y masa salarial, el estudio calcula el coste laboral por vehículo (Labour Cost per Vehicle, LCPV) como el resultado de dividir el gasto total en personal entre las unidades fabricadas en un año. El indicador mide de manera directa la eficiencia y la estructura de costes de cada país, y ayuda a interpretar por qué determinadas plantas ganan carga de trabajo mientras otras la pierden.
El documento sitúa a Marruecos en el primer puesto del ránking, con unos 90 euros de coste laboral por coche (el más barato), lo que supone un 800% menos que España. Después del país magrebí están Rumanía (230 euros), México (260) y Turquía (355). Conforman el bloque de países low cost que están atrayendo la mayor parte de la nueva capacidad industrial del sector.
Por encima se encuentran las economías de Europa central y occidental, con Polonia (570) y España (820 euros) en la franja media, y con Francia (1.330 euros), Italia (1.770) y Alemania (2.840 euros) en la parte alta de la tabla. En todos produce Stellantis, lo que muestra esa brecha entre el norte de África y la Europa comunitaria que se ha ampliado hasta niveles inéditos en las dos últimas décadas.
Factor determinante
El informe pone de manifiesto que el coste laboral por coche se ha convertido en uno de los factores más determinantes en la asignación de nuevos modelos dentro de los grandes grupos automovilísticos. En un contexto de transición eléctrica y márgenes cada vez más estrechos, cada euro de ahorro cuenta. Así, un vehículo ensamblado en Marruecos puede salir al mercado con un diferencial de más de 700 euros respecto a otro fabricado en España, únicamente por el componente laboral.
Y la tendencia entre 2019 y 2024, recogida por el estudio, muestra que Marruecos y Rumanía han aumentado casi un 30% y un 11% su producción en este período, respectivamente, mientras que ha caído en España (-17%), Italia (-34%), Francia (-36%) o Alemania (-13%).
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