Las claves
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Hasta tres candidatos partían este miércoles con serias opciones de desbancar al ultraderechista Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders como primera fuerza política de Países Bajos. El socialdemócrata Frans Timmermans (PvdA-GroenLinks), el socioliberal Rob Jetten (D66) y el democristiano Henri Botenbal (CDA), lanzados en las encuestas aspiraban a arrebatar a los ultras la primera plaza.
Es Jetten quien se perfila finalmente como ganador de estos comicios anticipados, según los sondeos a pie de urna publicados este miércoles al cierre de los colegios electorales, que atribuyen a su partido 27 escaños. Wilders pasaría de ser el partido más grande de la Cámara con 37 escaños que tiene hoy, a quedarse con 25 escaños y ocupar el segundo lugar.
La popularidad de Jetten, quien a sus 38 años se encamina a convertirse en el primer ministro más joven y el primero abiertamente gay de Países Bajos, se disparó el mes pasado con una campaña con un mensaje positivo al estilo de «Sí, se puede» que prometía el fin de la era política dominada por Wilders.
El breve periodo en el Gobierno del partido nacionalista y antiinmigración PVV de Wilders parece haber llegado a su fin por ahora, ya que los partidos tradicionales, desde la izquierda hasta la derecha, han cerrado la puerta a unirse a una coalición con ellos.
Los sondeos a pie de urna suelen ser certeros. El margen de error es reducido, pero el Consejo Electoral de Países Bajos (Kiesraad) no confirmará los resultados hasta el viernes, según adelantó su portavoz Anita Pronk, que había advertido de que la incertidumbre podría prolongarse hasta bien entrada la madrugada del jueves.
En la memoria colectiva de los neerlandeses permanece el escrutinio de las legislativas de 2010. Hasta altas horas de la noche no quedó claro que los liberales conservadores de Mark Rutte se habían impuesto a los laboristas de Job Cohen por un estrecho margen.
El tímido porcentaje de participación —solo el 48 por ciento de los 13,4 millones de votantes habían acudido a las urnas antes de las 17:55 horas, según la radiotelevisión pública NOS— hacía presagiar que la afluencia en los colegios electorales se mantendría dos puntos por debajo de las elecciones de noviembre de 2023, en las que votó el 77,8 por ciento del electorado.
Los partidos se habían lanzado en los últimos días a la caza del voto indeciso. Dos terceras partes del electorado no tenían claro el sentido de su voto dos semanas antes de las elecciones. El porcentaje descendió esta semana hasta el 38 por ciento, según el sondeo de RTL Nieuwspanel.
Duras negociaciones
Jetten tendrá que alcanzar la cifra mágica de 76 escaños en la Cámara de Representantes de La Haya. ¿Cómo? Pactando con otras cuatro o cinco formaciones. Las negociaciones prometen extenderse durante semanas.
El proceso comienza cuando el ganador de los comicios propone al presidente del Parlamento el nombre de un explorador o scout, el encargado de determinar qué formaciones pueden articular una coalición en base a la aritmética parlamentaria. Cuando el scout lleva a cabo su tarea, pasa el testigo al informateur, una figura de consenso que conduce las negociaciones y elabora un acuerdo de coalición preliminar.
Si las negociaciones tienen éxito, el informateur presenta el acuerdo de coalición definitivo y nombra al formateur, que suele ser el primer ministro. Es este quien formaliza el resto de los nombramientos del Gabinete. El proceso finaliza con la tradicional visita de los ministros al rey.
El primer ministro saliente, Dick Schoof, presentó en la mañana del miércoles su dimisión al monarca, que dijo haber tomado «en consideración» su solicitud, pero el antiguo jefe de los espías, con pasado laborista, seguirá gobernando en funciones hasta la formación del próximo Ejecutivo.
El récord de duración de unas negociaciones de coalición está en 299 días. Las últimas, pilotadas por el PVV de Wilders, duraron 223, algo más de siete meses.
En esa coalición liderada por la ultraderecha participó el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (liberal conservador), el Nuevo Contrato Social (democristiano) y el Movimiento Campesino-Ciudadano (populista agrario). Tres formaciones duramente castigadas este miércoles en las urnas.
Wilders, vetado por sus socios de coalición para ocupar el cargo de primer ministro, abandonó el Gabinete el pasado mes de junio tras denunciar la incapacidad de su propio Gabinete a la hora de endurecer las leyes de asilo.
Un mes después, fueron los ministros del NSC quienes abandonaron sus cargos en señal de disconformidad con sus socios de Gobierno por la falta de sanciones contra Israel por la invasión de Gaza.












