A primera vista, la Bárbara Lennie que estos días vuelve a la cartelera a bordo del nuevo thriller de Alberto Rodríguez, ‘Los Tigres’, es la misma de siempre: la que cuenta una treintena de largometrajes a sus espaldas a las órdenes de autores como Asghar Farhadi, Isaki Lacuesta, Jaime Rosales y drigo Sorogoyen; la que tiene en su vitrina un Goya por ’Magical Girl’ (2014); la que se basta con una mirada para adueñarse de la pantalla y quienes la contemplan. Sin embargo, ella misma reconoce que algo ha cambiado, en buena medida porque la nueva película es la segunda -“y la primera realmente exigente”, matiza- que ha rodado después de ser madre.
“La maternidad te cambia la manera de estar en el mundo, así que necesariamente te cambia también la manera de afrontar la profesión”, afirma la madrileña, que después de dar a luz ya filmó la comedia ‘Verano en diciembre’ (2024), debut en la dirección de su amiga la dramaturga Carolina África. “Rodando ‘Los Tigres’ me he sentido mucho más tranquila que nunca antes delante de la cámara; siento que se ha creado una distancia muy saludable entre el oficio y yo”. No mucho tiempo atrás lo afrontaba desde la ansiedad y exigiéndose demasiado a sí misma, al menos hasta que en un mismo año, 2018, estrenó ‘Petra’, ‘La enfermedad del Domingo’, ‘El reino’ y ‘Todos lo saben’. “En aquel momento me pasé de revoluciones, y me di cuenta de que estaba perdiendo la capacidad de disfrutar con el trabajo”.
Antonio de la Torre y Bárbara Lennie, de buzos a narcos en ‘Los tigres’. / MOVISTAR PLUS+/JULIO VERGNE) / Europa Press
El cambio de actitud resulta providencial si se considera que el de ‘Los Tigres’, confiesa, ha sido el rodaje más duro de su carrera, “tanto porque nos obligaba a pasar diez horas diarias al sol cargando con equipaciones de buceo pesadísimas como porque el universo que en ella se describe es muy rudo y sórdido”.
En concreto, la película de Rodríguez contempla a dos hermanos buzos -Antonio de la Torre da vida al otro- dedicados a reparar barcos petroleros cuyas vidas dan un vuelco cuando entran en ellas tanto una peligrosa enfermedad como un alijo de cocaína escondido en el casco de un carguero. “Es un vínculo profundamente viciado”, opina Lennie acerca de la relación entre ambos. “Son dos personas que dependen la una de la otra de forma muy nefasta”. En un mundo tan asfixiantemente viril como el que Rodríguez retrata, asimismo, el personaje encarnado por la actriz abre una ventana para que corra el aire.

El realizador Alberto Rodríguez junto a Antonio de la Torre y Bárbara Lennie, en San Sebastián. / Juan Herrero/EFE / EFE
El cine del director malagueño suele mezclar la intriga con el trasfondo social y político, y la reivindicación de la perspectiva femenina que lleva a cabo ‘Los Tigres’ resulta especialmente pertinente en un presente en el que, según las encuestas, nada menos que el 19 por ciento de los jóvenes españoles opinan que durante el franquismo se vivía bien o muy bien. “Yo elijo quedarme con la parte menos negativa del dato, y es que dentro de ese porcentaje hay muy pocas mujeres; eso demuestra que el trabajo hecho por el feminismo ha tenido efecto, porque muchas chicas entienden que es necesario reivindicar ciertas cosas básicas”, comenta Lennie, que además de a su hija de dos años cría a las otras dos de su pareja, el director Diego Postigo. “No podemos bajar la guardia, porque los logros que tanto trabajo exigen pueden perderse muy rápidamente. Es urgente hacer cambios en la educación. Mientras la Guerra Civil y el franquismo sigan sin estudiarse en los colegios y los institutos, los jóvenes seguirán sin saber lo que dicen al hablar de ello”.
Después de ‘Los Tigres’, Lennie volverá a los cines en marzo de 2026 en calidad de protagonista de ‘Amarga Navidad’, la nueva película de Pedro Almodóvar; ya había trabajado con el manchego en ‘La piel que habito’ (2011) pero, eso sí, en un papel muy pequeño. “Esto es otra cosa”, reconoce. “Para mí supone la oportunidad de entrar a formar parte de la historia de un cineasta muy importante en la historia de este país y, sobre todo, de una lista de actrices que, al trabajar para él, han pasado a integrar nuestro imaginario colectivo”. En las últimas cuatro décadas, ningún cineasta español ha creado tantos personajes femeninos memorables como Almodóvar. “Obviamente, antes de empezar a trabajar con él revisé su filmografía y me dije: ‘Hostia, es que ahora me va a tocar a mí ser una de esas mujeres’. Es un honor, claro, pero también una gran responsabilidad”.
Entretanto, Lennie -que nació en Madrid de padre argentino y madre española, vivió en Buenos Aires hasta los seis años y luego volvió a España- mantiene viva la idea de impulsar otra versión del retrato de su propia familia o, más concretamente, de la persecución y las torturas de las que sus abuelos, sus tías y tanto su padre como la primera mujer de este fueron objeto durante la dictadura militar argentina, ya relatadas por la periodista Leila Guerriero en su exitoso libro ‘La llamada’ (2024). “Siento que no es el momento”, matiza. “Ahora me encuentro en un momento muy luminoso y lúdico, y muy esperanzador. Estoy disfrutando de muchas cosas que me gustan, y me noto más conectada con mi creatividad. Tengo ganas de probar cosas nuevas, porque me he quitado de encima muchos miedos, y hurgar en ese pasado familiar supondrá entrar en un territorio oscuro, trágico y terrorífico. No quiero pasar por eso ahora. Pero lo haré, de eso no hay duda”.
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