El Partido Socialista trata de reaccionar al adelanto electoral en Extremadura. Mientras Ferraz pensaba más en que los primeros comicios autonómicos fueran en Castilla y León, María Guardiola anunció este lunes por sorpresa un anticipo de los comicios para el próximo 21 de diciembre. La dirección socialista sí incluía en sus cálculos una retahíla de elecciones, pero siempre en 2026, y no antes de febrero.
Ahora los socialistas se volcarán. Ministros del PSOE admiten que no es la situación idónea, aunque reiteran su confianza en el candidato, Miguel Ángel Gallardo. A pesar de que el líder del socialismo en Extremadura se encuentra a las puertas de un juicio por presuntos delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos en la contratación de David Sánchez, hermano del presidente Pedro Sánchez, mientras Gallardo presidía la diputación de Badajoz.
Moncloa insiste en que no hay caso, critica la instrucción entre bambalinas, y los ministros socialistas insisten en que todo quedará en nada. Sin embargo, la instrucción avanza y tanto el hermano de Sánchez como Gallardo van directos al banquillo. Bajo esta circunstancia, el líder del PSOE en Extremadura tendrá que intentar ganar la batalla a una María Guardiola llena de motivos para convocar elecciones.
El primero, la falta de Presupuestos por la negativa de Vox, que llena de argumentos al PP para reclamar un adelanto de las elecciones generales ante la ausencia de unas nuevas cuentas del Estado desde 2023.
Los socialistas cierran filas en las últimas horas con Gallardo. Admiten que no es la situación idónea, pero, según ha podido escuchar El Chivato, argumentan que forzar una salida del cabeza de lista a menos de dos meses de los comicios, supondría señalarle como culpable cuando llevan meses reiterando que el caso es poco menos que un ejemplo de ‘lawfare’.
Dirigentes socialistas ratifican, en público y privado a Gallardo, pero al mismo tiempo la dirección reconoce que “no hay tiempo” para unas nuevas primarias. Una opción que tampoco termina de convencer cuando el candidato fue elegido este mismo año, pese a que no contaba con el apoyo férreo de la cúpula socialista.
Aunque el PSOE admite a regañadientes que secundar a Gallardo es ir atado de pies y manos a las elecciones, no hay alternativa.












