Faltan pocos días para uno de los momentos más esperados del año: la noche de Halloween. En este 2025, la noche más terrorífica del año se celebrará el viernes 31 de octubre. La tradición manda disfrazarse y recorrer las casas con el clásico ‘truco o trato’, aunque muchos prefieren saltarse esa parte y dirigirse directamente a la discoteca para continuar la fiesta.
Es una festividad que se celebra a lo grande en países como Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido e Irlanda. Esta conmemoración comenzó a ganar popularidad gracias a la gran cantidad de irlandeses que emigraron a estos lugares. Fueron ellos quienes difundieron la tradición de vaciar las calabazas y colocar velas en su interior.
Cada vez que llega Halloween, la sociedad muestra interés por conocer algunas de las particularidades de esta festividad. Una de las más curiosas es el origen del ‘truco o trato’, que se remonta a antiguas tradiciones celtas y medievales que, con el tiempo, evolucionaron hasta convertirse en la celebración que conocemos hoy.
Sus raíces se encuentran en la fiesta celta de Samhain, durante la cual se creía que los espíritus podían cruzar al mundo de los vivos. Para protegerse y apaciguarlos, se encendían hogueras y se utilizaban disfraces.
Con el paso de los siglos, esta costumbre se fusionó con tradiciones cristianas, dando origen a la práctica medieval de ir de casa en casa pidiendo ofrendas a cambio de oraciones por los difuntos.
¿Por qué la gente se disfraza?
El motivo por el que la gente se disfraza tiene su origen en esas antiguas creencias, debido a que se pensaba que, al usar disfraces y dejar comida y bebida fuera de las casas como ofrendas, se podían ahuyentar los malos espíritus y mantener a salvo a las familias.
Niños disfrazados de Halloween, como foto de recurso. / EMERGENCIAS 112
La irrupción de Halloween en Estados Unidos
La tradición llegó a Estados Unidos con los inmigrantes europeos, especialmente los irlandeses, y allí fue donde Halloween se consolidó como una celebración popular. La frase ‘truco o trato’ se popularizó en la década de 1950 gracias a campañas impulsadas por organizaciones benéficas como UNICEF.
En la actualidad, los niños disfrazados recorren las calles pidiendo dulces a cambio de no realizar un ‘truco’ o travesura.











