Si de algo podemos presumir en nuestro país es de tener una gastronomía envidiable. Son muchos -y muy variados- los platos estrella que se elaboran en España. Y, de la misma manera, algunos de los mejores restaurantes de todo el mundo se encuentran aquí también. Los culpables de esto son quienes están detrás de los fogones.
En nuestro país, podríamos elaborar una larga lista con nombres y apellidos de cocineros que todos conocemos y que han logrado una distinción tan importante como lo son las estrellas Michelín. Y aunque este tipo de listas o rankings son siempre subjetivos, pues pesa el gusto personal, todos estaríamos de acuerdo en que el nombre de Jordi Roca debería formar parte.
El cocinero catalán Jordi Roca, en el pocast ‘B3tter’
En este caso, claramente estamos hablando de una opinión objetiva. No lo decimos nosotros. En 2014, la organización ‘The World’s 50 Best Restaurants’ le otorgó el premio a Mejor Pastelero del Mundo. Y es que el pequeño de la saga de los Roca, que se encarga de los postres del famoso Celler de Can Roca, siempre da de qué hablar.
Bien lo sabían en el podcast de YouTube ‘B3tter’, que contó con la presencia del propio Jordi Roca hace un tiempo. En este mismo podcast, la mente pensante tras el Rocambolesc se ‘mojaba’ y dejaba claro cuál es, a su juicio, el mejor restaurante del mundo. Eso sí, no podía decantarse por El Celler de Can Roca. Sería trampa. Y, aun así, Jordi Roca lo tenía claro.
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«Can Roca, el restaurante de mis padres. Porque es donde he crecido, es mi casa. Y de verdad que el arroz a la cubana… Tienen arroces a la cazuela los jueves. Es espectacular. Hoy hay canelones. Buenísimos, espectaculares«, se decantaba el postrero del restaurante de alta cocina. Se trata del mítico local de cocina tradicional ubicado en la Carretera de Taialà, en Girona, en el que el menú diario cuesta a día de hoy 18 euros.
El cocinero catalán Jordi Roca, en el pocast ‘B3tter’
«Es el restaurante de nuestros padres, Montserrat Fontané y Josep Roca, que abrieron en el año 1967. El sitio donde crecimos, entre el revuelo de un bar de barrio y las aromas de la cocina generosa de nuestra madre. Nuestra casa primigenia, el origen de todo. Autenticidad, generosidad, hospitalidad y esfuerzo. Valores aprendidos entre juegos, de un oficio y una manera de vivir que buscar ser feliz haciendo feliz a la gente«, explican los hermanos Roca sobre este sitio.
