El Mediterráneo se ha convertido en un callejón sin salida

Las inundaciones que devastaron Valencia en 2024 y Emilia-Romaña en 2023 comparten un mecanismo invisible pero demoledor: en ambas regiones, el Mediterráneo actúa como trampa de humedad debido a la proximidad de las montañas, que obligan a la lluvia a quedarse y a descargar en forma de diluvio moderno.

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