El Elche tendrá enfrente este domingo, por primera vez, a Lamine Yamal, segundo clasificado en la reciente elección del Balón de Oro y el futbolista llamado a convertirse en el referente del Barcelona, si ya no lo es, en la próxima década. Un joven camino de la leyenda que iniciaron, hace mucho tiempo, otros jugadores azulgranas. Un Olimpo culé del que forman parte cracks a los que el Elche se enfrentó y/o con los que acabó guardando una estrecha relación.
César Rodríguez, Ladislao Kubala, Johan Cruyff y Lionel Messi. Cuatro de los futbolistas más importantes de la historia del Barcelona. Ejemplos a los que, en tiempos de YouTube, Twitch y la Kings League, el ahora astro Lamine debería prestar atención. No solo por lo que ganaron o por lo que brillaron sobre el terreno de juego sino por representar unos valores cada vez más cuestionados, en el fútbol y en la sociedad. Hablar en el campo, a base de goles, como ya ha demostrado Lamal que es capaz de hacer, y madurar fuera de él. A sus 18 años, este domingo inicia una relación con la franja verde que en los casos anteriormente mencionados dio para mucho.
César Rodríguez
Leyenda compartida de Elche y Barcelona. El leonés jugó como azulgrana entre 1942 y 1955, alcanzando la cifra de 230 goles. Fue el máximo goleador de la historia del club catalán… hasta que apareció en escena un tal Messi. Ganó cuatro ligas y, aunque nunca llegó a enfrentarse al Elche, dejó huella en la ciudad de las palmeras. Y muy importante.
En 1957, alejado del fútbol de primer nivel en el que había competido durante década y media, César acudió a la llamada de Esquitino, presidente del Elche. Asumió el cargo de jugador-entrenador en una entidad que deambulaba por Tercera División, muy lejos de la élite. En dos años se ubicó en ella, dotando a los franjiverdes de un estilo combinativo poco habitual en aquella época. Ideas adelantadas a su tiempo.
Entre 1957 y 1960 logró dos ascensos y una permanencia en la máxima categoría. Y, sobre todo, perpetuó su nombre en el club franjiverde, por el reto que asumió y los hitos que consiguió. También entrenaría a «su» Barça, en la 1963-1964 (completa) y la 1964-1965 (despedido tras la quinta jornada), aunque sin el éxito que tuvo allí mismo como jugador ni en la ribera del Vinalopó como técnico. En ese breve espacio temporal se midió en dos ocasiones a «su» Elche, con una victoria (3-0) en el Camp Nou y un empate sin goles en Altabix.
Ladislao Kubala
El húngaro, nacido como Laszlo y aterrizado en España con 23 años para intentar labrarse un porvenir en el Barça y el fútbol europeo, acabó siendo un auténtico referente, tanto en la entidad culé como en la selección española, en la que llegó a jugar pero, sobre todo, la dirigió durante una década. Defendió el escudo azulgrana sobre el terreno de juego entre 1951 y 1961, rozando los dos centenares de goles oficiales (194) y levantando, igual que César, cuatro títulos nacionales de liga.
Con el Elche coincidiría poco en su etapa de futbolista, ya que los últimos coletazos del mejor Kubala coincidieron con el aterrizaje en la élite franjiverde. En la 1960-1961 participó en el espectacular empate (3-3) que lograron a domicilio los ilicitanos, en el que rozaron la proeza de asaltar el feudo culé. El otro duelo, cuando ya militaba en el Espanyol, lo ganó (1-0) en la 1963-1964.
Ladislao Kubala, leyenda del Barcelona / EFE
Al igual que el mito azulgrana antes mencionado, Kubala también entrenó al Elche. Aunque los resultados fueron muy diferentes. Ocurrió en la temporada 1988-1989, nefasto curso sin apenas alegrías que recordar: últimos, con récord negativo de puntos. El hispanohúngaro fue llamado a filas en la jornada 11, para suplir a Felipe Mesones, con el Elche a dos puntos de la zona de promoción de descenso, y fue despedido tras la jornada 26, con únicamente dos triunfos como balance positivo y el equipo alejado a siete puntos de la posible salvación, en una liga en la que las victorias valían dos puntos. Lico y Lezcano confirmaron aquella dolorosa caída.
Johan Cruyff
La figura del holandés es, posiblemente, la más representativa a nivel identitario, junto a la de Pep Guardiola, en la historia del Barcelona, por lo que hicieron como futbolistas y entrenadores. En su caso, llegó a la Ciudad Condal en 1973 y, casi de inmediato, cambió la dinámica perdedora en que se había instalado la entidad y ganó la liga. Luego, hasta 1978, es cierto que solo levantó una Copa más. En este lustro coincidió con un Elche qua ya andaba yendo y viniendo de Primera División, tras su década dorada en los años sesenta.

Cruyff en 1978, en el partido de despedida con el Barça / EFE
La primera vez que se enfrentó a los ilicitanos triunfó y marcó: 2-0 en la 1973-1974. Fue su mejor curso, en el que al título liguero añadió el segundo de sus tres Balones de Oro. En la 1974-1975, el por entonces mejor jugador del mundo hincó la rodilla en Altabix (1-0, gol de Melenchón) y estuvo presente, hace medio siglo, en la última ocasión en que los franjiverdes rascaron un empate en el Camp Nou. En la 1975-1976 se llevó los dos duelos (2-3 y 1-0), en la 1976-1977 solo jugó el choque en la ciudad de las palmeras, sin goles, y en la 1977-1978 cerró su historial de duelos como futbolista contra los franjiverdes con una paliza (5-1). Como entrenador solo coincidió en la 1988-1989, su primera temporada en el banquillo culé. El Martínez Valero fue su estreno como visitante (0-3, doblete de Julio Salinas y un gol de Alexanco). Hasta 1996 marcaría una época, en títulos y estilo.
Lionel Messi
La última leyenda culé. Y la más grande. El argentino, todavía en activo en las filas del Inter Miami, arrebató a César el honor de ser el máximo goleador en la historia del Barcelona. Y no por poco. Dejó la cifra en 672 goles, insuperable para cualquier otro ser humano. Llegó siendo un niño, con aquel famoso contrato firmado en una servilleta, debutó con el primer equipo en 2004 y levantó diez ligas y cuatro Champions hasta su polémica salida en 2021.
Entre las innumerables víctimas del considerado por muchos como mejor futbolista de la historia, el Elche se cruzó en cinco ocasiones en su camino. Duelos en los que Messi hizo siete goles. Solo se quedó sin marcar en el primero de ellos, el disputado en el Martínez Valero en mayo de 2014, penúltima jornada de liga. Un partido que resultó vital para que los franjiverdes consiguieran la permanencia y que obligó a los azulgranas a jugarse el título la semana siguiente contra el Atlético, campeón final. A partir de ahí, Messi arrasó, con tres dobletes y un gol extra en pleno de goleadas.

Messi se lamenta ante Pelegrín y Coro, durante el partido de 2014 / Información
Ahora, Lamine ha heredado el «10» del argentino y su condición de referente del Barça. Le queda mucho camino hacia la categoría de leyenda culé, de la que forman parte César, Kubala, Cruyff y Messi. Tras el tropiezo en el Clásico del pasado domingo, Lamine querrá retomar su camino contra el Elche. Será su primer paso con los franjiverdes en contra. El inicio de una rivalidad que se espera pueda prolongarse durante muchos años.
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