DIRECTOR DEL INSTITUTO CERVANTES | Polémica en tiempos de Uber

Director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. / REDACCIÓN

La celebridad es la calderilla de la inmortalidad. Todo escritor aspira a ser conocido pero en realidad querría ser inmortal. Nadie se acordará dentro de veinte años de la polémica entre Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, y Santiago Muñoz Machado, presidente de la RAE, pero seguramente sí habrá quién recite el verso que persigue y perseguirá para bien y para mal a Montero, «Tú me llamas, amor, yo pido un taxi», que para unos es la cumbre de la poesía de la experiencia, moderna y sublime y para otros un abominable coloquialismo lírico. A mí me gusta. Sobre todo porque es el primer verso de un largo poema que dice mucho más.

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