Planta en República Dominicana de Ecoener. / ECOENER
En el marco de la Semana Dominicana en España, que contará con la presencia del ministro de Industria, Comercio y Mipymes de la República Dominicana, Ito Bisonó, se abre una oportunidad para reflexionar desde una perspectiva poco explorada: la formación del talento como motor de desarrollo económico e industrial.
La República Dominicana ha consolidado una trayectoria de crecimiento sostenido, basada en un incremento del PIB cercano al 5%, una inflación controlada y una prima de riesgo inferior al promedio regional.
En 2025, el país alcanzó un récord de inversión extranjera directa, superando los 4.800 millones de dólares, de los cuales más de 1.100 millones proceden de España. Este dinamismo económico es fruto de una estrategia muy bien diseñada que combina estabilidad institucional, seguridad jurídica y una apuesta decidida por sectores productivos de alto valor añadido.
Entre estos campos destacan las energías renovables, en especial la fotovoltaica, la manufactura avanzada en zonas industriales, la economía circular y el interés constante y acertado en los semiconductores. La política industrial dominicana ha sabido identificar nichos de oportunidad y construir capacidades locales para responder a los retos de la industria global, la digitalización y la transición energética.
Uno de los pilares de esta estrategia ha sido la inversión sostenida y sostenible en formación técnica y profesional. Las autoridades dominicanas han apostado por el talento, que no es un simple recurso, sino una ‘infraestructura crítica’ que debe ser planificada, gestionada y estar alineada con los objetivos de crecimiento de la industria de una nación. Esta visión ha permitido lanzar proyectos, auténticos desafíos-país, en los que la administración pública y el sector privado convergen en torno a objetivos comunes, como la mejora de la productividad, la atracción de inversión y la generación de empleo de calidad.
Europa y España, en este sentido, tienen mucho que aprender del modelo dominicano. En un contexto europeo marcado por la fragmentación institucional y la dificultad para articular políticas industriales comunes, la experiencia de República Dominicana ofrece lecciones valiosas sobre cómo construir consensos estratégicos y movilizar recursos en torno a la formación del talento.
Desde 2003, la Escuela de Organización Industrial ha colaborado estrechamente con el Gobierno dominicano en el diseño e implementación de programas de formación en sectores clave. Miles de profesionales dominicanos han pasado por las aulas de la EOI, tanto en modalidad presencial como virtual, en áreas como liderazgo gremial, transformación digital, industria manufacturera, semiconductores y gestión hospitalaria.
Este último ámbito merece una mención especial. Los cursos de gestión hospitalaria han permitido formar a directivos médicos dominicanos en técnicas de planificación, liderazgo y gestión eficiente de recursos sanitarios, contribuyendo a mejorar la calidad del sistema de salud del país. Lejos de adoptar una lógica asistencialista, la EOI ha actuado como socio técnico, acompañando a las instituciones dominicanas en el fortalecimiento de sus capacidades locales.
Nuestra colaboración se ha caracterizado por el respeto mutuo, la innovación en los contenidos académicos y la adaptación a las necesidades específicas del país. Esta relación ejemplar demuestra que la formación internacional puede ser una herramienta de desarrollo compartido, basada en la confianza, la reciprocidad y la visión estratégica.
La Semana Dominicana en España no solo celebra los vínculos históricos entre ambos países, sino que proyecta una relación madura, basada en intereses comunes y desafíos compartidos. En un mundo marcado por la incertidumbre geopolítica, la transición ecológica y la revolución tecnológica, la cooperación en materia de talento, innovación y sostenibilidad se convierte en un imperativo institucional.
La EOI, en su septuagésimo aniversario, tiene la oportunidad de reivindicar su papel como actor internacional en el desarrollo económico e industrial, no solo en España, sino en países que, como República Dominicana, han sabido construir una estrategia nacional basada en la formación, la industria y la innovación. Mirar hacia fuera de nuestras fronteras es también una forma de construir el futuro.















