Andrea Ferrari Canut tiene 20 años. Hace un año se le rompió la vida, cuando su madre Eva falleció en la tarde del 29-O arrastrada por la fuerza del agua. Es una de las 237 víctimas mortales de la dana, con la suma de los fallecidos en las provincias de Valencia y Albacete. 365 días después lucha aún por reconstruirse, con el recuerdo perenne de su madre. Por ella asistirá al funeral de Estado, programado para las seis de la tarde en el Museo de las Ciencias de València. También por ella ha aceptado el ofrecimiento para tomar la palabra durante la ceremonia; lo harán tres de los familiares de las víctimas.
Veinticuatro horas antes de ese papel de altísima responsabilidad, la joven explica a Levante-EMV el objetivo principal de su discurso: «Quiero dar un reconocimiento tanto a las víctimas como a sus familias -, explica con la calma impropia de alguien en su situación-. Fallecieron 237 personas, pero detrás de cada una de ellas están sus familiares, a quienes se nos ha roto la vida», explica. «Tenemos un gran vacío porque hemos perdido a nuestros seres queridos y, por mucho que intentemos superarlo, nos han destrozado la vida«, remarca.
Cinco minutos, en solo 10 días
El ofrecimiento le llegó hace apenas 10 días a través de su tía Maribel, hermana de su madre, la cual forma parte de la asociación Víctimas Mortales de la dana 29-O. Tuvo un fin de semana para pensarlo y aceptó porque sentía «que tenía que hacerlo por mi madre, es lo que hubiera querido, ella me dio fuerzas«. El pasado martes recibió la llamada de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, para confirmarle su participación y tuvo un encuentro con ella, aunque nadie le ha impuesto nada en su parlamento. En solo tres días, armó un discurso de cinco minutos de duración. Mañana lo leerá frente a los familiares, los reyes y las autoridades políticas presentes en el recinto. Serán 800 asistentes en vivo, pero lo pronunciará también para el resto de España y el mundo. Todo un «reto», como así lo define ella.
«Doy voz a todas las familias de las víctimas de la dana por mi madre y por aquellos que no están» / Miguel Angel Montesinos
Se la ve serena. Andrea habla con calma, controlando los tiempos y el hilo de sus palabras; sus estudios en Protocolo y Organización de Eventos son palpables. Sin embargo, no ha de pensar mucho sus palabras porque su relato, como pasará en su intervención de esta tarde, le sale del corazón. «Tuve muy claro desde el principio qué quería decir -, confiesa-. Son cosas que me salen de dentro y, aunque me ha costado un poco darles forma», las ha escrito con fluidez.
Reconoce su facilidad para la escritura. «Se me da bien, sobre todo, cuando hablo de emociones«, afirma. Y cuando se ha encallado en alguna de las frases o partes del discurso, ha contado con la ayuda de sus profesores. Ellos han sido un pilar importantísimo en este último año, así como sus familiares y amigos, quienes la han levantado en los días «más duros». En esos en los que «anhelaba estar con mi madre» o en esos en los que «las imágenes de la riada no dejaban de salir en la televisión». En el contexto del primer aniversario del 29-O y con todos los prolegómenos del funeral, «se siente un poco como al principio» y los días «vuelven a pesar un poco». Es imposible eludirlo; los sentimientos están a flor de piel.
Gestión de emociones
Una vez listo el parlamento, lo ha practicado varias veces. Las primeras «solo podia leerlo llorando», confiesa. Lo ha repetido infinidad en infinidad de ocasiones, en voz alta y también mentalmente. Casi no piensa en otra cosa y, en la tarde de ayer, su intención era repasarlo varias veces más. Llegado el momento, pese a estar «muy nerviosa», desea «abordarlo de la mejor manera posible«. «Quiero, sobre todo, que cada palabra, cada frase cale en la gente«, reflexiona; también darle toda la emoción que un discurso así requiere. En primera fila, tendrá a su padre y sus dos tíos, a quienes poder dirigirse en caso de verse desbordada por la emoción.

Andrea Ferrari dará un discurso en el funeral de Estado, como explica a Levante-EMV. / Miguel Angel Montesinos
Es consciente de la tensión política alrededor del 29-O. Casi 25 familias han declinado asistir para evitar el encuentro con el president Carlos Mazón. Las reivindicaciones prefiere dejarlas para las manifestaciones, donde han sentido el respaldo de la ciudadanía valenciana «que nos da mucha fuerza», pero el miércoles prefiere dejar la política al margen. «Las responsabilidades ya se atribuirán a los responsables de la catástrofe en su momento», esgrime con rotundidad.
Este miércoles, con los ojos de toda España sobre ella, quiere «dar voz a las víctimas, pero también a sus familiares y voluntarios«. Y, evidentemente, a su madre Eva, en quien piensa cada día de su vida desde aquel fatídico 29 de octubre. Mañana estará en sus pensamientos mientras pronuncia su discurso; pensará en ella y en los familiares de esas 237 personas, cuyas vidas fenecieron bajo la fuerza de una riada imparable de la que nadie les avisó.
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