Confianza total en Lamine, pero con un plan de gestión

Lamine Yamal, en el Santiago Bernabéu / Valentí Enrich

Anteayer, Joan Gaspart tomó el micrófono de La Posesión, en Sport. En diez minutos, ya había atizado a Carvajal y aconsejado a Lamine Yamal. En su mensaje al crack de Rocafonda, cuajó ese tono paternal, cariñoso y profundamente culé que siempre le acompañó. Durante mucho tiempo, el “peor presidente de la historia, pero el mejor vicepresidente”, según se autodefine, fue un solucionador de conflictos. Pese a alguno de sus incendios, como el que acabó con Johan Cruyff fuera del Barça – por orden del presidente Núñez, Gaspart siempre exhibió carisma y cercanía para manejar situaciones relacionadas con los genios.

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