La UD Mutilvera recibe a un histórico en horas bajas como el Real Zaragoza, con uno de los entrenadores más jóvenes de la Copa del Rey en el banquillo, un Álvaro Garrido que con tan solo 29 años intentará guiar a los suyos en una tarde de ilusiones.
“Sabemos la ilusión que genera este partido, seguro que la gente estará un poco nerviosa Se viene un partido absolutamente histórico, algo que para nada estamos acostumbrados a vivir”, señala Garrido, a 24 horas de recibir a los maños en Mutilva en declaraciones a EFE.
El equipo llega con buenas sensaciones, tras haber ganado al Beasain con el tanto de Adrián Aranguren para tomar aire en casa. Los de Garrido son decimocuartos en el segundo grupo de Segunda Federación, en puestos de descenso y con 8 puntos.
“La verdad que veníamos de unos partidos en casa que nos habían dejado dudas. La imagen no había sido la mejor, pero en el último choque estuvimos mucho bien. Era importante de cara al partido de mañana”, comenta sobre el estado de los suyos, quienes llegan con la flecha para arriba.
Garrido es consciente de la entidad de su oponente: “Jugamos contra un rival de dos categorías más. Nosotros estamos sufriendo en Segunda RFEF, como es normal, ya que somos un club muy humilde para lo que es la categoría, donde ya notamos la diferencia, así que imagina con uno de Segunda División”.
“Por un lado hay que disfrutar porque uno no sabe cuándo nos vamos a encontrar con otra oportunidad así. Va a ser una fiesta para el pueblo, el valle y el club. Se disfruta compitiendo”, dice el técnico navarro.
“Te tiene que salir todo, pero la realidad es que nuestras sensaciones son buenas y para ellos son las opuestas. Vienen de derrotas y con una presión a nivel de afición muy grande, situación en Liga límite con cambio de entrenador… por ahí nos podemos agarrar”, continúa.
En el recuerdo de todos, aquella eliminación en 2020 ante el Real Betis, en la que la Mutilvera se fue al descanso 1-0 por delante, hasta que los goles de Juan Miranda, Emerson y Juanmi acabaron dándole la vuelta al resultado.
“Estaba en el cuerpo técnico como segundo y la viví de dentro. Es diferente porque fue época de pandemia y la grada estaba como a un tercio de la capacidad. No pudo haber todo el ambiente que nos hubiese gustado y que mañana habrá”, ha rememorado.
A sus 29 años, una victoria podría impulsar su carrera: “Lo que nos da de comer es la Liga y esto es un premio. Uno pienso en el partido y es consciente de la repercusión que va a tener. Nos tenemos que abstraer de eso y disfrutar como cada fin de semana”.














