Poco
imaginaba este ladrón que se iba a acabar alegrando de que le
pillara la Policía Nacional. Pero si no llega a ser por los agentes, no lo
cuenta.
Todo
empezó el pasado sábado por la tarde, a las 19,00h, cuando un
vecino de Zaragoza alertó al 091 al ver a dos individuos en su
jardín, en camino del Montón. Los dos hombres habían escalado la
valla perimetral y, al verse sorprendidos, emprendieron la huida a la
carrera.
Una
patrulla de seguridad ciudadana se desplazó de inmediato hasta el
lugar, localizando a uno de los sospechosos que trataba de escapar
por varios terrenos en dirección a la Avenida Manuel Rodríguez
Ayuso con la N-II.
Lo
que pasó después parece el guion de una película de acción. Al
percatarse de que la Policía le perseguía, comenzó una fuga
temeraria. De hecho, no solo puso en grave riesgo su vida. También
fue un peligro para los agentes y los usuarios de la vía, al cruzar
la calzada esquivando vehículos que circulaban a gran velocidad.
Durante
la espectacular persecución, el sospechoso llegó a un punto sin
salida en el Camino CHE 0101 y, de forma sorpresiva, se lanzó al
Canal Imperial para intentar escapar. Los agentes trataron de
convencerle para que saliera del agua, momento en el que el hombre
manifestó no saber nadar, comenzando a bracear y a perder la
consciencia.
Ante
el riesgo inminente de ahogamiento, uno de los policías un dudó en
lanzarse al agua para rescatarlo, consiguiendo trasladarlo hasta la
orilla y controlando sus constantes vitales hasta que se recuperó
por completo.
UN VIEJO CONOCIDO
Una
vez estabilizado, los agentes procedieron a su detención y
comprobaron que le constaban seis reclamaciones judiciales en vigor
para su inmediato ingreso en prisión, todas ellas por delitos de
robo con fuerza en las cosas.
Al
detenido se le imputa un delito de robo con fuerza en grado de
tentativa, al haber sido sorprendido por los vecinos y huir del
lugar.
La
investigación continúa abierta para localizar a su cómplice y
esclarecer otros cinco robos cometidos con el mismo modus operandi,
todos ellos en casas de campo o segundas residencias, donde se
sustraían dinero, joyas y enseres como bicicletas, comida o bebida.
El
detenido, con una treintena de antecedentes policiales, fue puesto
ayer por la tarde a disposición de la autoridad judicial competente,
que decretó su ingreso en prisión.













