Dolores, obligada a recorrer 152 kilómetros para ver a su hijo enfermo: "Todo esto es una odisea"

El hijo de Dolores padece la enfermedad de Huntington, una enfermedad genética degenerativa que le obliga a estar ingresado en un hospital para tratarse. El problema es que el centro en el que está ahora mismo está en otra provincia y el camino que Dolores debe hacer para ver a su hijo es una auténtica odisea.

Dolores, que vive en Benalmádena, debe levantarse a las cinco de la mañana y salir de allí a las 6 de la mañana para llegar hasta Écija, a 152 kilómetros. A sus 82 años, Dolores asegura que el camino le supone un esfuerzo muy grande y que la distancia le ha hecho caer en una profunda depresión. «Me supone tiempo, dinero y esfuerzo, es una odisea», señala.

Según nos cuenta, Dolores no tuvo otra opción para su hijo: si no aceptaba el ingreso en Écija, le dijeron que perdería la plaza. «No la quería perder porque avanzó su enfermedad y yo ya estaba mal también», asegura Dolores.

Pese a que afirma que ha pedido el traslado en varias ocasiones, Dolores denuncia que nadie le hace caso. El centro sostiene que no les consta la petición de traslado y que los tratamientos que recibe en el actual centro son más adecuados.

Lo único que quiere Dolores es poder coger de la mano a su hijo cuando se marche para siempre, algo que teme no poder hacer a 152 kilómetros de distancia. ¿Logrará que trasladen a su hijo de vuelta a Málaga?

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