El baile de Trump con la gran empresa

Las excavadoras han amputado el ala este de la Casa Blanca por orden directa de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos, que se presenta ahora como constructor en jefe, ha decidido demoler la oficina de la primera dama y reemplazarla por un salón de baile. Lo ha hecho con la misma prisa con la que adopta otras decisiones impulsivas y sin someter el proyecto al escrutinio de los organismos encargados de velar por el patrimonio público. Con esta medida, Trump desequilibra uno de los edificios más simbólicos del país y difumina la línea entre lo público y lo privado.

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