El Real Madrid, líder con cinco puntos de ventaja, vuelve a sentirse superior al Barça y a ganar los Clásicos. Tras cuatro duelos seguidos perdidos ante el eterno rival que pusieron la cruz a Ancelotti, Xabi Alonso se llevó su primero como entrenador gracias a los goles de Mbappé y Bellingham. [Narración y estadísticas: Real Madrid 2-1 Barcelona]
A la chispa de Vinicius —que se fue muy enfadado cuando Xabi le cambió— y a lo letal que es Kylian —aunque falló un penalti— se sumó el todo que llega a ser Jude cuando está en forma. El inglés ordena y machaca a partes iguales. Hoy, asistencia y gol.
Muy por encima el Madrid, que solo pecó en no marcar más. Cada transición ahogó al Barça, sin la energía del año pasado y cuya defensa en la primera mitad fue una feria. Bochorno de los árbitros, con un penalti y un gol mal anulados para el Madrid en los trece minutos de arranque.
Lamine Yamal, durante El Clásico con los jugadores del Real Madrid celebrando de fondo
Reuters
Xabi recuperó a Huijsen y apostó por Camavinga. Clave el ajuste que hizo el tolosarra dando la banda al francés y metiendo a Bellingham por dentro. Ahí está el sitio del inglés. Flick (o su segundo, Marcus Sorg) pudo contar con Koundé y Ferran en un once castigado por bajas como las de Raphinha y Lewandowski.
También jugó de inicio Lamine Yamal, el most wanted (más buscado) de la previa. Llegó a este Clásico con tres goles y dos asistencias en los cuatro últimos, pero también con muchas polémicas buscadas sobre sus hombros. La pitada del Bernabéu al anunciarse su nombre en los onces —y durante todo el partido— fue monumental.
Bochorno en trece minutos
A los dos minutos del inicio, el abroncado Lamine Yamal iba a terminar de incendiar El Clásico. Aunque no como le gustaría, ya que cometió un penalti sobre Vinicius. Soto Grado lo pitó, parecía claro, pero llegó la llamada del VAR.

Tras unos segundos de incertidumbre, reclamaron al colegiado en el monitor y este anuló la pena máxima por falta. Decisión polémica, por decirlo suave, y de poca personalidad por parte del árbitro.
Vinicius prepara el disparo, Lamine mete el pie sin llegar al balón y es el brasileño el que impacta por ir a chutar. El enfado en el madridismo, claro, fue mayúsculo. Lo que le faltaba al Clásico.
Se salvó el Barça, que salió al partido con una marcha (o varias) menos que su rival. Sin Flick en el banquillo, por su expulsión contra el Girona, los jugadores azulgranas trataban de espabilarse los unos a los otros. Mientras, el bando merengue se encendía más y más más tras el penalti anulado. Poco fue para lo que se venía…
Diez minutos después, en el 12′, un zambombazo de Mbappé rompió la red de Szczesny. Era el 1-0. Un golazo. Hasta que a Soto Grado le volvieron a llamar del VAR. Que había fuera de juego, dijeron. Una infracción milimétrica que tocó creerse por el render de un ordenador. El antifútbol.

Soto Grado, tras pitar el penalti de Lamine sobre Vinicius que después anuló
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Con un arranque así, la tensión estaba por las nubes sin cumplirse la primera media hora. Xabi quería que los suyos no perdieran la calma y que el fuego del Bernabéu únicamente consumira a los jugadores del Barça. Así fue. Pasados otros diez minutos, en el 22′, Mbappé volvió a marcar.
Kylian y Jude, la salvación
Bellingham vio el espacio casi desde la línea del centro del campo. Mbappé se infiltraría por la espalda de Cubarsí y llegaría al balón tras atravesar este a los centrales. El francés está en tal estado de confianza que es imposible que falle un uno contra uno. Lo metió y el estadio, que de primeras ya no sabía si celebrar, retumbó cuando el Barça sacó de centro.
La primera amarilla llegó tras el gol. A Valverde. Lo que enfado nuevamente al madridismo. Pero la batalla futbolística seguía decantándose para el Madrid. La presión asfixió al Barça, con muchos problemas también para tapar las líneas de pase madridistas y parar, sobre todo, a Bellingham. Los de Flick necesitaban la bola para encontrarse.
Szczesny evitó que el segundo del Madrid cayera pronto con un par de paradas de mérito a Huijsen y Vinicius. En el área contraria, una ocasión de Eric García detenida por Courtois —el primer tiro a puerta culé— despertaba a las filas azulgranas.
Aunque fue un madridista, Arda Güler, el que de verdad metió al rival en el partido. Un error —inocente, pero no por ello menos grave— en la frontal, perdiéndola ante Pedri, dio pie al 1-1. Asistencia de Rashford y gol de Fermín, que marcó por segunda vez en los Clásicos.
Desazón merengue por lo que pudo haber sido. Vuelta a empezar. Activadísimo Vinicius, no le costó tanto al equipo de Xabi. El brasileño sacó a Pedri la amarilla en una contra y originó la acción que devolvería la ventaja en el marcador al Madrid.
En el minuto 43, solo cinco después del gol de Fermín, marcó Bellingham. Todo vino de un centro de Vinicius, luego de volver loco a Koundé. Militao cabeceó en el segundo palo y Jude la cazó en el primero. Otra vez, el Bernabéu patas arriba. No le cayó el tercero al Barça antes del descanso porque a Mbappé le anularon otro gol por fuera de juego —por fin uno claro—.
Szczesny ‘apagó’ a Mbappé
Sin cambios en el descanso, el Madrid mantuvo el mando del partido. Era el momento de cerrar El Clásico. Un penalti por mano de Eric, que el VAR y Soto Grado ahora sí decantaron del lado blanco, hacía la situación inmejorable.
Lo que no entraba en los cálculos es que Szczesny le parara un disparo desde los once metros a Mbappé. Es más, fue un paradón. A su derecha y arriba. Cuando Kylian parecía incapaz de fallar, el polaco le llevó al error. Otra vida más para el Barça.
El primero al que quitó Xabi fue a Güler. Además del error en el 1-1, el turco apareció poco en un plan de juego con menos bola que otros días. Le sustituyó Brahim. El internacional marroquí estaba en fuera de juego en una jugada que acabó en gol de Bellingham, anulado, al poco de entrar.

El enfado de Vinicius tras ser cambiado en El Clásico
EFE
Los siguientes en salir de los banquillos fueron también madridistas: Carvajal y Rodrygo, que ocuparon los sitios Valverde y Vinicius. Enfado mayúsculo del ‘7’, al que no gustó que Xabi le quitara a veinte minutos del final y se fue directo al vestuario —tras la rabieta, reapareció en el banquillo—. Igual no se entendía el cambio, pero la reacción del brasileño fue demasiado airada.
Entró el partido en los minutos finales con un marcador demasiado ajustado para lo que se había visto en el césped. Mejor el Barça en la segunda parte, midiendo más en su línea de atrás, pero no lo necesario para hacer daño al Madrid. Aún así, el partido seguía vivo y eso era lo importante para los de Flick.
Xabi quitó a Bellingham y a Mbappé para un largo descuento de nueve minutos —entraron Ceballos y Gonzalo—. El Barça movió como pudo su banca, llena de canteranos por las bajas. Sorg introdujo a Araújo, Casadó, Bardghji y a Gerard Martín. Pedri acabó expulsado y se lio en los banquillos.
Y así, con tangana y con Carvajal diciéndole a Lamine que habla mucho, terminó este Clásico. Un duelo marcado por las bajas culés, los despropósitos arbitrales y las notas clave que va tocando Xabi en el Madrid. Aunque Vini se enfade con él, Alonso sale como gran victorioso de este partido.











