Rien ne va plus

Las cosas van de mal en peor en la República francesa, y la mala racha continúa, tozuda. Último golpe al prestigio del país: el robo de ocho joyas, valoradas en 88 millones de euros, una mañana de domingo en el Louvre. El museo más visitado del mundo no es a todas luces el más seguro puesto que los cuatro ladrones se llevaron en 7 minutos las Joyas de la Corona de Francia cargadas de deslumbrantes diamantes, zafiros, esmeraldas y perlas. En su huida dejaron, abandonada en la acera y rota, la corona de la emperatriz Eugenia (de Montijo) esposa del emperador Napoleón III. Es casi una metáfora de la rocambolesca historia de esta alhaja encarnación de la pompa y caída del Segundo Imperio francés.

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