Así es el pazo del siglo XVI que introdujo el albariño y hoy es un referente mundial

Una finca con cinco siglos de historia

La historia del Pazo Baión comienza a trazarse en los documentos en el siglo XVI, aunque todo indica que su origen es anterior. Ubicada en el corazón del Valle del Salnés, en Pontevedra, la finca estuvo en manos de los señores de Sarmiento y, posteriormente, de los Condes de Priegue. Con el tiempo, se convirtió en una pieza clave en el desarrollo de la viticultura gallega.

La Denominación de Origen Rías Baixas reconoce el papel pionero de este pazo en la implantación del albariño, gracias a documentos de 1731 que certifican la existencia de viñedos en la propiedad. Todo apunta a que ya entonces se cultivaba esta uva blanca que hoy es sinónimo de prestigio.

Transformación arquitectónica y vitivinícola

En el siglo XX, el pazo vivió una de sus transformaciones más relevantes. Don Adolfo Fojo Silva, un gallego retornado de Argentina con gran fortuna, lo adquirió e impulsó una reforma que incluyó la construcción de torres de estilo victoriano, una vaquería, un palomar y una bodega moderna. Esta intervención marcó un antes y un después tanto en la estética del lugar como en su vocación productiva.

En los años 70, el pazo pasó a manos de una sociedad industrial que introdujo una moderna planta láctea y realizó la primera plantación técnica de albariño en la zona. El viñedo resultante se convirtió en modelo para profesionales del sector.

Un renacimiento en el siglo XXI

Tras una etapa complicada entre las décadas de 1980 y 1990, marcada por litigios y cesiones de gestión, la bodega fue adquirida en 2008 por Adega Condes de Albarei. Desde entonces, se puso en marcha un ambicioso proyecto basado en tres pilares: vinos de albariño de calidad exclusiva, un centro enoturístico de referencia y un programa de reinserción sociolaboral.

La finca cuenta hoy con 30 hectáreas, de las cuales 22 están dedicadas al cultivo de albariño. La bodega fue restaurada por el arquitecto César Portela, respetando su valor patrimonial. Su modelo ha sido reconocido nacionalmente, y en 2016 fue galardonada como el Mejor Rincón Enoturístico de España.

Más allá del vino

El compromiso social de Pazo Baión es una de sus señas de identidad. Un 5% de las ventas se destina a proyectos de prevención del consumo de drogas. Además, colaboran en programas de reinserción laboral para personas que han superado adicciones, consolidando así un legado que trasciende el ámbito vinícola.

Este equilibrio entre historia, innovación y responsabilidad social ha convertido a Pazo Baión en mucho más que una bodega: es un ejemplo de cómo el patrimonio puede ser revitalizado para generar impacto cultural, económico y humano.

Una visita imprescindible

Hoy, el pazo es uno de los destinos enoturísticos más destacados de Galicia. Las visitas incluyen recorridos por la bodega, catas guiadas y paseos por los viñedos, todo ello en un entorno que combina tradición, vanguardia y belleza natural.

Quienes cruzan sus puertas no solo descubren el sabor de un vino excepcional, sino también el peso de una historia que lleva más de cinco siglos fermentando.

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