una trama con 37 arrestos, LeBron en el foco y la mafia de por medio

La NBA atraviesa uno de los escándalos más graves de su historia. Una investigación federal que se prolongó durante cuatro años ha destapado una doble trama criminal que involucra a figuras prominentes de la liga, miembros de la mafia y una red de apuestas ilegales que movió decenas de millones de dólares.

Fue este jueves 23 de octubre cuando todo saltó por los aires. El FBI arrestó a 37 personas en 11 estados diferentes, entre ellas Chauncey Billups, entrenador de los Portland Trail Blazers y miembro del Salón de la Fama, Terry Rozier, base de los Miami Heat, y Damon Jones, exjugador y exasistente de equipos como los Cleveland Cavaliers.​

El director del FBI, Kash Patel, confirmó también la participación de tres de las familias criminales más notorias de Estados Unidos: Bonanno, Gambino y Genovese, todas pertenecientes a La Cosa Nostra.

«No solo hemos desmantelado el fraude que estos delincuentes cometieron en el gran escenario de la NBA, sino que también ejecutamos un proceso judicial contra La Cosa Nostra», declaró Patel durante la conferencia de prensa.​​

El timo perfecto

La operación denominada «Royal Flush» reveló una de las facetas más sofisticadas del escándalo: partidas clandestinas de póquer manipuladas mediante tecnología de vanguardia.

Los organizadores, vinculados directamente con las familias mafiosas, utilizaban máquinas barajadoras alteradas que contenían tecnología capaz de leer todas las cartas de la baraja y determinar qué jugador tendría la mano ganadora. Esta información se transmitía a un cómplice externo quien, a través del teléfono móvil, la enviaba a un jugador infiltrado en la mesa conocido como el «Quarterback» o «Driver».​

El arsenal tecnológico empleado incluía mesas con rayos X capaces de leer cartas boca abajo, analizadores de bandejas de fichas con cámaras ocultas, y lentes de contacto o gafas especiales diseñadas para leer cartas premarcadas.

Las partidas se celebraban en lugares exclusivos como Manhattan, East Hampton y Miami, donde jugadores y exjugadores de la NBA actuaban como gancho para atraer a víctimas adineradas. Una de ellas llegó a perder 1.8 millones de dólares en una sola noche.​

Chauncey Billups, la leyenda de los Detroit Pistons campeón en 2004 y MVP de las Finales, fue arrestado por su presunta participación en esta red, que habría generado más de 7 millones de dólares en ganancias ilícitas. Su prestigio deportivo sirvió para dar credibilidad a las partidas y facilitar la estafa.​

Apuestas internas

La segunda rama del escándalo, bautizada como «Operation Nothing But Bet», se centró en el uso de información confidencial sobre jugadores y equipos de la NBA para realizar apuestas deportivas fraudulentas.

Terry Rozier está acusado de haber avisado con antelación a sus asociados que abandonaría un partido de los Charlotte Hornets el 23 de marzo de 2023 por una supuesta lesión, lo que permitió a sus cómplices realizar apuestas superiores a 200.000 dólares sobre su bajo rendimiento.

Rozier jugó apenas 10 minutos antes de retirarse, y muchas de las apuestas resultaron ganadoras, generando decenas de miles de dólares en beneficios.​

Damon Jones, excompañero de LeBron James en Cleveland y asistente no oficial de los Lakers durante la temporada 2022-2023, está acusado de vender información privilegiada sobre lesiones de jugadores estrella, incluyendo al ’23’.

En un caso específico del 9 de febrero de 2023, Jones habría enviado un mensaje instando a un cómplice a apostar fuertemente por los Milwaukee Bucks porque James estaría fuera por lesión, información que aún no se había hecho pública.

«¡Apueste fuerte por Milwaukee esta noche antes de que se conozca la información!», decía presuntamente el mensaje. Los Lakers perdieron ese partido sin LeBron, quien posteriormente fue absuelto de cualquier implicación en el esquema.​

Imagen de LeBron James jugando con Los Angeles Lakers.


Imagen de LeBron James jugando con Los Angeles Lakers.

Europa Press

El FBI documentó otros casos similares. El 24 de marzo de 2023, uno de los acusados recibió información privilegiada sobre que varios de los mejores jugadores de los Portland Trail Blazers se perderían un partido contra los Chicago Bulls. Antes de que esa información fuera pública, el grupo apostó más de 100.000 dólares contra los Blazers, obteniendo grandes ganancias cuando se confirmó el cambio de alineación.​

La NBA ha suspendido inmediatamente a Billups y Rozier, apartándolos de sus equipos mientras avanzan las investigaciones federales. Los acusados enfrentan cargos por fraude electrónico, blanqueo de capitales, extorsión y conspiración. El fiscal Joseph Nocella Jr. calificó el caso como «una de las tramas de corrupción deportiva más graves desde la legalización de las apuestas en el país».​

Algunos de los implicados habrían blanqueado millones de dólares mediante empresas fantasma y criptomonedas, y la investigación reveló además episodios violentos, incluyendo robos a mano armada, extorsiones y asaltos para asegurar el pago de deudas.

El caso Jontay Porter

Este escándalo no es el primero que sacude a la NBA en tiempos recientes. En abril de 2024, Jontay Porter, entonces jugador de los Toronto Raptors, fue suspendido de por vida por la liga tras declararse culpable de fraude electrónico.

Porter proporcionó información confidencial a apostadores, limitó su propia participación en partidos con fines de apuestas y apostó en juegos de la NBA. En uno de los casos, un apostador realizó una apuesta de 80.000 dólares que habría pagado 1.1 millones si Porter tenía un rendimiento deficiente; el jugador se retiró del partido tras solo tres minutos alegando enfermedad.​

El comisionado de la NBA, Adam Silver, declaró entonces que «no hay nada más importante que proteger la integridad de la competición de la NBA», aunque reconoció que el marco regulatorio actual de las apuestas deportivas presenta vulnerabilidades significativas.​



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