Cuando Felipe de Mendieta, CEO de One Shot Hotels y la familia Solís, Fernando y Enrique -hijos del Marqués de la Motilla y Carmen Tello- decidieron apostar por unos hoteles urbanos vinculados al arte y ubicados en edificios singulares, lo hicieron sabiendo que asumían considerables riesgos.
No superada todavía la crisis de 2008 que azotó a tantos países, Felipe de Mendieta, tras haber basado su tesis doctoral en la eficiencia y productividad en cadenas hoteleras, tuvo la visión y la corazonada de que en España había hueco para un tipo de hotel con alma. Aquellos que no ofrecen grandes instalaciones sino diseño, arte y confortabilidad en pleno corazón urbano.
Hotel One Shot Puerta Ruzafa. / .
De hecho, en la presentación de esta mañana en el que ha sido su última apertura en Valencia –One Shot Puerta Ruzafa– y tras la fiesta de inauguración de ayer por la noche, se instaba a Enrique Solís a que nos diera su definición del lujo. Un término algo manoseado en los últimos tiempos. El hijo menor de Carmen Tello y el Marqués de la Motilla respondía con las siguientes palabras. “El lujo es aquello que no se puede comprar. El lujo versa sobre emociones y experiencias personales”.
Confieso que me ha gustado su rapidez a la hora de describir algo que no es más que la esencia de los hoteles One Shot. Un término que significa “un sólo disparo” y que se empezó a utilizar en sesiones fotográficas y en ambientes cinematográficos.

Azotea del One Shot Puerta Ruzafa. / .
No en vano escogen siempre un fotógrafo o pintor para que exponga en sus hoteles con una función de cierto mecenazgo. Como ocurrió en su primera apertura, la de la calle Prado 23 en Madrid, donde llevaron a cabo su lanzamiento albergando una exposición de Jorge Fuembuena.
La interiorista Alejandra Pombo es quien firma el último proyecto de Valencia. Un hotel de tamaño medio -de 92 habitaciones- ubicado en lo que fuera la sede de la Seguridad Social. Tonos cálidos con guiños a la artesanía valenciana, detalles muy cuidados y puertas originales que se han mantenido para conservar ese sabor de antaño.
Un edificio que salió a subasta porque nadie lo quiso y que ahora pertenece a los empresarios Enrique Pla (Riera y Nat) y Enrique Ballester (Igsa), quienes decidieron arrendarlo a Felipe de Mendieta y sus socios.
Felipe de Mendieta, además,reconoce que el espíritu de los hoteles Room Mate les sirvió de inspiración para idear, 12 años atrás, el concepto y la idea que buscaban. Y les funcionó.
El perfil de sus huéspedes son en un 80% de ocio e internacionales y sólo el 20% son nacionales y viajan por motivos laborales. No buscan grandes cadenas con habitaciones estandarizadas. Buscan, esencialmente, ubicación, autenticidad y confort.
Mención aparte merece la joya de la corona, el Hotel One Shot Palacio Cedofeita, en Oporto, y que supuso la salida a lo grande fuera de España. Un palacete restaurado de 1885 que fue galardonado con el Premio Nacional de Rehabilitación urbana 2024 y que se suma a los 13 hoteles que tienen en Barcelona, Madrid, Sevilla, San Sebastián y Valencia.
La fiesta de ayer noche es un reflejo de su identidad. No había celebrities ni influencers. Si había rostros aparentemente anónimos que encerraban estimulantes historias detrás. Parte de la sociedad civil de Valencia y de otros lugares de España que entonaban con la filosofía de sus propiedades. Ese lujo silencioso que sólo siente y percibe quien busca la elegancia de los pequeños detalles.









