- Así son los carros Leopard: potencia, precisión y blindaje de última generación
El Ministerio de Defensa se prepara para dar luz verde antes del verano de 2026 al ambicioso programa de renovación de los carros de combate Leopard, el pilar fundamental de la fuerza acorazada del Ejército de Tierra.
Fuentes militares consultadas por Confidencial DigLaital confirman que los técnicos ya trabajan en definir qué sistemas serán sustituidos y cuántas unidades serán objeto de modernización, aunque todavía no hay licitación oficial en marcha.
“No hay un requisito concreto, no hay nada cerrado aún. Se están valorando aspectos como la incorporación de un sistema de defensa activa, la modernización del cañón o la actualización de la electrónica interna”, explican fuentes cercanas al programa.
Los Leopard 2E, columna vertebral de las brigadas acorazadas españolas, cumplen diez años de servicio activo, un punto de inflexión que marca el inicio del ciclo de actualizaciones que exige la industria militar.
Fuentes consultadas por ECD señalan que, hasta hace poco, las actualizaciones estaban orientadas al combate urbano, pero la guerra en Ucrania ha cambiado las prioridades. Los carros de combate han demostrado vulnerabilidades en espacios abiertos, donde ser detectado significa ser destruido. Por ello, la movilidad, el sigilo y la protección activa son ahora elementos clave en el rediseño del Leopard.
Así son los carros Leopard: potencia, precisión y blindaje de última generación
Los Leopard 2E, elemento clave del Ejército español, son carros de combate pesados de última generación diseñados para operar en los escenarios bélicos más exigentes. Su construcción combina movilidad, potencia de fuego y protección avanzada, lo que los convierte en auténticas fortalezas sobre orugas.
Con un peso aproximado de 62 toneladas, cada Leopard está impulsado por un motor diésel MTU MB 873 Ka-501 V12 de 1.500 caballos, capaz de alcanzar velocidades de hasta 70 km/h en carretera y recorrer unos 450 kilómetros sin repostar. Esta potencia le permite desplazarse con agilidad incluso en terrenos difíciles, manteniendo siempre su capacidad de combate.
Su armamento principal es un cañón Rheinmetall L/55 de 120 mm de ánima lisa, que ofrece una precisión quirúrgica y es capaz de destruir blindados enemigos o fortificaciones a largas distancias. Lo complementan dos ametralladoras MG-3 de 7,62 mm, ideales para defensa cercana y apoyo de infantería.
El blindaje es uno de sus puntos fuertes: cuenta con una estructura multicapa compuesta de acero, cerámica y materiales avanzados que ofrece una gran resistencia frente a proyectiles cinéticos, cargas huecas y explosivos improvisados. Además, sus sistemas electrónicos incluyen un sistema de tiro digitalizado, visores térmicos de última generación, navegación inercial y GPS, y estabilización avanzada, lo que permite disparar con precisión incluso en movimiento.
En el interior, la tripulación de cuatro miembros —comandante, artillero, cargador y conductor— trabaja en un entorno ergonómico y digitalizado que maximiza la eficacia operativa. Todos estos elementos convierten al Leopard en un referente tecnológico europeo, diseñado no solo para resistir, sino para dominar el campo de batalla.
En definitiva, el Leopard 2E es mucho más que un carro de combate: es el resultado de décadas de innovación militar, una pieza clave en la disuasión y defensa nacional y la mejor garantía de que España mantendrá su capacidad blindada en la vanguardia mundial durante los próximos años.













