El presidente del EBB del PNV, Aitor Esteban. / EP
Hace semanas que les expliqué que hay un mantra que recorre el Congreso de los Diputados: si la legislatura se agota dependerá más de la UCO y de si encuentra o no pruebas contundentes sobre la hipotética financiación irregular del PSOE que de la voluntad de Pedro Sánchez. Sigo convencida de ello, porque es lo que dicen en conversaciones discretas un buen puñado de los dirigentes y parlamentarios de los que en realidad pende este gobierno progresista con endeble mayoría.
Pero hete aquí que en las últimas horas, un actor destacado como es Aitor Esteban –el presidente del EBB del PNV que además de ser ‘socio’ parlamentario del Gobierno es político veterano de gran experiencia- ha hecho una reflexión interesante que merece ser tenida en cuenta. Un nuevo ingrediente a estudiar en tiempos de mucha agitación política en algunas comunidades autónomas.
“Si Vox va creciendo, el PP va disminuyendo y el PSOE va cogiendo fuerza… igual hay un momento en que el presidente Sánchez puede decir que ahora, elecciones […]. Eso dependerá de cómo venga la evolución, cómo vaya lo de Andalucía, cómo vayan las elecciones en Castilla y León. Entonces yo no descarto nada, ni que puedan ser perfectamente las generales el año que viene”, ha apuntado en una entrevista en Onda Vasca.
En opinión de Esteban, la demoscopia va a tener un peso fundamental en esta ocasión, sin olvidar que “aquí todos están interesados en ir a una gran confrontación” y que “los extremos sean los que crezcan”. Puede ser que llevados por esos sondeos y las últimas tendencias, Vox haya decidido apretar como está apretando en Castilla y León, Aragón y Extremadura, tres autonomías gobernadas por los populares pero sin mayorías absolutas donde, a esta hora en la que les escribo en estas líneas, nadie se atreve ya a soñar con unos presupuestos cocinados desde una alianza de derechas y no se descartan adelantos electorales. A Alfonso Fernández Mañueco le tocan comicios a mediados de marzo de 2026, pero ahora la extremeña María Guardiola y el aragonés Jorge Azcón no están seguros de no tener que pasar antes de lo esperado por las urnas si la derecha extrema no les da tregua y el PSOE no les presta oxígeno presupuestario.
Esos potenciales adelantos, con los que el equipo de Alberto Núñez Feijóo en principio no contaba, comienzan a ser un asunto a tener en cuenta en la carpeta de ‘posibles problemas pendientes’. Y son sin duda un quebradero de cabeza más para un líder de la oposición que intenta distanciarse de Vox, pero sin llegar a ofender a la organización de Santiago Abascal por si algún día son la única fórmula para alcanzar La Moncloa.
¿Qué pasaría tras esas elecciones si las hubiera? ¿Habría ganadores electorales del PP que tendrían que pactar con Vox antes de unas generales en marcos negociadores extremos y en algún caso indigerible, como hemos visto en el pasado? La experiencia de los pactos que se alcanzaron entre PP y los ultras tras las últimas autonómicas y la letra pequeña de esos acuerdos, especialmente los de Valencia, no ayudaron a Feijóo a convertirse en presidente, pese a ganar las legislativas en votos.
No, no le ayudaron. Más bien le restaron simpatías entre grupos parlamentarios conservadores-nacionalistas que antaño dieron avales a los populares, pero que jamás aceptarán en la ecuación a Vox. Uno de esos grupos es, precisamente, el PNV que lidera Aitor Esteban, el veterano vasco que oliendo que pueda acercarse este dominó de citas electorales regionales, tras el que sería posible que el PP tenga que volver a elegir gobernar de la mano de la extrema derecha si no consigue mayorías enormes, barrunta que Sánchez moverá ficha para aprovecharse de la situación y convocará elecciones generales antes de 2027. Está la cosa movidita. Les voy contando.















