El escritor español Eduardo Mendoza ha recibido este viernes el Premio Princesa de las Letras, un galardón que ha recogido «conmovido» y con el humor que caracteriza su obra, al presentarse como «una joven promesa de la narrativa española». «Lo último que se pierde no es la esperanza, sino la vanidad», ha bromeado.
Mendoza ha precisado que el galardón, que ha sido para él «una sorpresa, un honor y una alegría» no es tanto a su persona como a su obra. «Y una obra es la suma de muchos factores», ha añadido, destacando «la suerte de nacer rodeado de libros» y de contar con personas que fomentaron su hábito de la lectura, poniendo a su disposición «una amplia biblioteca».
UNA EDUCACIÓN «OPRESIVA» EN UNA CUIDAD «CANALLA»
En su discurso ha recordado su educación, que ha calificado como «estricta, tediosa y opresiva». «Tenazmente me inculcaron las virtudes del trabajo, el ahorro y el decoro, gracias a lo cual salí vago, malgastador y un poco golfo, tres cosas malas en sí, pero buenas para escribir novelas», ha comentado.
Mendoza ha destacado también la influencia que ha tenido Barcelona –la ciudad donde creció– en su obra literaria, «una ciudad cálida y soleada, tranquila y laboriosa, pero también portuaria, viciosa y canalla», que le ha servido como escenario y fuente de inspiración para su narrativa.
Mendoza ha evitado entrar en cuestiones políticas o sociales aunque sí ha comentado que «no le gusta el mundo tal y como lo ve» en la actualidad. «He tenido la suerte de vivir una larga etapa excepcional de relativa paz, estabilidad y bienestar. A mi edad, preferiría disfrutar de lo que hay y no andar quejándome de lo que falta, pero me temo que no podrá ser».
Entre agradecimientos, el galardonado ha recordado el apoyo de amigos, maestros y de las personas que le quieren, así como la lealtad, complicidad y el cariño de sus lectores. «Si les he dado alguna felicidad, ellos me la han devuelto con creces», ha mencionado. Con su característico humor, ha añadido: «Lo demás es mérito mío, ya está bien de modestia».
EDUARDO MENDOZA, PREMIO PRINCESA DE LAS LETRAS
Eduardo Mendoza (Barcelona, 11 de enero de 1943), novelista, dramaturgo, traductor y lingüista, se licenció en Derecho en 1965 en la Universidad de Barcelona y, tras viajar por Europa, en 1966 obtuvo una beca en Londres para estudiar Sociología.
Al regresar a Barcelona en 1967 ejerció la abogacía y en 1973 se trasladó a Nueva York para trabajar como traductor de la ONU, donde permaneció hasta 1982. En 1983 volvió a Barcelona y continuó su carrera como traductor simultáneo en organismos internacionales con sede en Ginebra y otras ciudades. En 1995 impartió clases de traducción en la Universidad Pompeu Fabra. Es colaborador habitual de numerosos medios de comunicación.
Traducido a varios idiomas, la obra de Eduardo Mendoza, generalmente ambientada en Barcelona y que se inició con la publicación de la novela La verdad sobre el caso Savolta en 1975, muestra un estilo en el que se mezclan elementos propios de la novela gótica, la ciencia ficción o la novela negra, así como un particular sentido del humor, la sátira y la parodia. Esta primera novela, que cumple cincuenta años este 2025, está considerada por la crítica como la primera novela de la Transición española y tuvo un enorme éxito.













