Carlos Mazon y Maribel Vilaplana. / Levante-EMV
La resolución de la Audiencia de València que insta a la jueza de la dana a interrogar a Maribel Vilaplana adquiere especial relevancia en la instrucción. No solo porque marca la senda hacia el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) debido a la condición de aforado de Carlos Mazón, sino también porque, tras la declaración de la comunicadora, el asunto tiene muchas posibilidades de abandonar el juzgado de Catarroja.
Comprender el engranaje jurídico de un proceso con implicación de un aforado es esencial para asegurar que nos encontramos ante un momento decisivo. La jueza Nuria Ruiz Tobarra se juega en unos días el futuro de toda la investigación, en la que ha mantenido al margen desde el inicio a Mazón, pese a haberle ofrecido declarar voluntariamente.
En la testifical de Vilaplana, el verdadero protagonista a examen jurídico será el propio Mazón. Las preguntas buscarán esclarecer lo ocurrido durante las casi cuatro horas —entre las 15:00 y las 18:30 o 18:45— que la periodista compartió con el president. Lo que ella declare resultará determinante para que la jueza decida si eleva, o no, la causa al TSJ al considerar que existen indicios para investigar a un aforado. El próximo 3 de noviembre, dos días antes de la anunciada remodelación del Consell, conoceremos por fin los detalles ocultos de aquella larga sobremesa. Tras la carta abierta que Vilaplana publicó el 5 de septiembre, se sobreentiende su voluntad de colaborar con la justicia.
La periodista responderá a las preguntas de las acusaciones, la fiscalía y la jueza bajo promesa de decir la verdad. Una vez concluida su declaración, la instrucción tomará otro rumbo. Aunque parece que no hay grandes expertos en derecho procesal entre los letrados de las partes, está claro que tanto los magistrados de la Audiencia como los del TSJ seguirán el desarrollo de la citación con atención. A partir de entonces se abrirá un escenario judicial que podría modificar la línea de investigación, generar nuevas piezas e incluso provocar un cambio de juzgado o de instancia.
Lo que sí parece evidente es que, un año después, el foco dejará de centrarse en Vilaplana y en aquel restaurante céntrico. Más vale tarde, pero sus consejeras han prolongado innecesariamente un sufrimiento a una protagonista involuntaria de esta tragedia.