El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha desautorizado directamente al Gobierno de Pedro Sánchez en relación con el gasto en Defensa. Tras una reunión en la Casa Blanca con Donald Trump, Rutte ha negado la premisa con la que Moncloa justifica su posición: que España puede cumplir los objetivos de capacidad militar de la Alianza con una inversión menor. La polémica surge en un momento de máxima tensión por la insistencia del expresidente estadounidense, quien recientemente le recordó a Rutte que debía «solucionar el problema de España» y su bajo gasto en Defensa.
La contradicción con el relato oficial de Sánchez
Las declaraciones de Rutte, máximo responsable político y militar de la OTAN, no son un simple matiz técnico, sino una contradicción directa del relato que ha mantenido el Ejecutivo español. Preguntado por esta cuestión, el secretario general fue tajante a pregunta de David Alandete, corresponsal de COPE en Estados Unidos. «He hablado muchas veces con el presidente Sánchez; nos conocemos bien. España asegura que puede cumplir sus compromisos de capacidades por debajo del 3,5% del PIB«, afirmó Rutte, para después sentenciar: «Yo les dije que no, que eso no es posible, y lo sabremos muy pronto».
La postura de Rutte llega después de meses de presión por parte de Donald Trump, quien ha criticado duramente a los países que no alcanzan los umbrales de gasto pactados. De hecho, el expresidente llegó a proponer la expulsión de España de la OTAN por negarse a aumentar su inversión en Defensa, elevando la presión sobre la Alianza.
Yo les dije que no, que eso no es posible, y lo sabremos muy pronto»
Secretario general de la OTAN
La defensa del Gobierno español
Hasta ahora, la estrategia del presidente Pedro Sánchez se había centrado en defender la aportación de España a la seguridad aliada más allá de las cifras de inversión. El presidente ha defendido en varias ocasiones lo que considera un «éxito de primer nivel diplomático», argumentando que la contribución en misiones y capacidades compensa el menor gasto. Sin embargo, las palabras del secretario general de la OTAN ponen en jaque esta narrativa y fuerzan a reevaluar la posición española en el seno de la Alianza.