Han pasado ya muchos años, 14, pero en el paddock de MotoGP nadie ha olvidado el trágico 23 de octubre de 2011, el día en el que Marco Simoncelli perdió la vida en el circuito de Sepang. Los que estaban ese día en el circuito de Malasia quedaron marcados para siempre. Dicen incluso que el campeonísimo Casey Stoner decidió ese fin de semana su prematura retirada. Y para Valentino Rossi fue el momento más traumático de su carrera deportiva, por su amistad personal con ‘Sic’ y porque el destino quiso se viera involucrado el fatal accidente.
En la segunda vuelta del Gran Premio de Malasia 2011 de MotoGP, Simoncelli peleaba en el grupo delantero cuando perdió el control de la Honda del equipo Gresini a la salida de la curva 11. El piloto más prometedor y carismático del motociclismo italiano después de Rossi tuvo una reacción que acabaría siendo mortal.
En vez de soltar la moto y caer hacia la escapatoria, se aferró al manillar de la Honda y cruzó la pista hacia la derecha, metiéndose de lleno en la melé de pilotos que le perseguían, lanzados a gran velocidad. Colin Edwards y Valentino Rossi no pudieron esquivarle. El estadounidense de Yamaha le impactó en el cuello y el ’46’ le alcanzó de pleno. Simoncelli quedó tendido en el asfalto, sin casco y sin signos vitales.
La carrera se neutralizó con bandera roja viendo la gravedad del incidentye y el ’58’ fue evacuado al centro médico, en el que ingresó en parada cardiorespiratoria. Su muerte se certificó oficialmente a las 10:56 horas en España. El parte médico reflejó «traumatismos muy graves en la cabeza, el cuello y el pecho» del piloto italiano, que lamentablemente no pudo superar.
«En el centro médico fue intubado y se le pudo extraer un poco de sangre del tórax. La reanimación cardiopulmonar que había empezado en la ambulancia continuó durante 45 minutos. Pero desgraciadamente no fue posible hacer nada más», explicaron los doctores del Mundial.
Marco Simoncelli fue enterrado en su pueblo natal de Coriano, muy cerca del circuito de Misano Adriático, sede del GP de San Marino, que se renombró como ‘Circuito Internacional Marco Simoncelli’.
Su padre y mentor deportivo, Paolo Simoncelli, que le acompañaba ese día en Malasia, impulsó meses después la Fundación Marco Simoncelli . «La premisa básica es que el sueño de mantener vivo el recuerdo de Marco pueda contribuir a aliviar el sufrimiento de aquellos que están en peor situación que nosotros», dijo. Con gran serenidad y determinación, con el tiempo el padre de Marco fundó también una escuadra ’58’ en la que dio oportunidades a jóvenes pilotos desde las categorías pequeñas del Mundial.