Es una zona bastante transitada durante el día, aunque con una estampa un tanto tétrica cuando cae la noche. Fue en un contenedor de la avenida Pérez Galdós de Castellón, junto al parque Ribalta y la plaza de Toros, donde se halló el cuerpo del exmarido de la alcaldesa de Almassora.
Vicente D. pudo morir aplastado por la maquinaria de un camión de basura tras haber sido arrojado vivo a un contenedor, enfrente de un estudio de tatuajes. Al parecer, quedó inconsciente tras una agresión que las primeras hipótesis señalan como «un ajuste de cuentas«.
La víctima, de 43 años y conocido en Almassora, se encontraba al frente de Geserinfo, una empresa dedicada a la gestión y a la instalación de terminales de punto de venta (TPV). Tenía una hija de cinco años en común con la primera edil de este municipio, María Tormo, también diputada provincial de PP.
Una vecina del pueblo, que se encontraba en las inmediaciones al lugar de los hechos, atribuye la separación a diversas adicciones y comportamientos incívicos por parte de él.
«Viene de una familia de bien y era un chico de maravilla, hasta que la cosa se torció«, comenta a EL ESPAÑOL. Las mismas conductas que, según sospecha, podrían haberle llevado a recibir la paliza.
Por el momento, la alcaldesa de Almassora no ha querido pronunciarse al respecto. «En el pueblo se le tiene mucho aprecio», indica, pues es una dirigente «muy querida». También lo es en el seno del Partido Popular. «Extrovertida, alegre, querida en el pueblo y con una trayectoria intachable«, opinan sobre Tormo desde el partido.
Testigo ‘in situ’
La muerte de Vicente no ha dejado indiferente ni a los vecinos ni a los comerciantes de la zona, que comentan lo sucedido. En la misma calle circulan rumores sobre el fallecido: «Sabíamos la vida que llevaba«, expresan un hombre y una mujer que acaban de entrar a un estanco de la misma avenida.
El cuerpo sin vida de Vicente fue descubierto a las 5:00 de la madrugada del pasado domingo, cuando los operarios del servicio de recogida de basura se percataron de que sobresalía una extremidad del interior de un contenedor tras volcar los restos en el camión recolector.
Una vecina del portal 10 fue testigo in situ de los hechos. Se despierta habitualmente a las cinco de la mañana y, desde su ventana, observó la secuencia de los hechos desde la llegada de la Policía, sorprendida por «el jaleo» a esas horas de la madrugada.
Asegura que el contenedor donde se encontró el cuerpo fue el que está situado justo enfrente del estudio de tatuajes, donde la Policía Científica tomó las muestras e hizo las fotografías para esclarecer los hechos.
«Empecé a ver luces, y dije ‘qué raro, algo ha pasado'», relata a este diario. Desde el quinto piso se asomó y vio a dos camiones de bomberos, a al menos diez patrullas de la Policía Nacional y Local, una ambulancia SAMU y un coche cruzado.
«Pensé que se trataba de un accidente, por la cantidad de agentes que había. Pero en ese momento veo que los bomberos sacan de dentro del camión que recoge la basura un cadáver. ‘Traed la camilla y una manta’, gritaron«, cuenta, aún sorprendida.
El cuerpo, volcado dentro del vehículo que transporta los residuos, quedó atrapado en la máquina de prensado y un sanitario del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) certificó el fallecimiento del hombre.
Entonces, los bomberos trasladaron el cuerpo justo debajo de su portal. Desde su casa, la vecina pudo observar la escena mientras los agentes de la Policía Científica y el forense examinaban el cadáver.
«Sobre las 7:30 llegó el furgón de la morgue», asevera. El cuerpo fue trasladado por orden del juez de guardia al Instituto de Medicina Legal (IML) de Castellón.
La Policía Nacional inició las diligencias pertinentes y tomó declaración a varios testigos que se encontraban en la zona. La investigación continúa abierta para esclarecer los hechos, a la espera del resultado del informe forense.