El Villarreal CF no quiere dejar de soñar. Su afición tampoco. Pero saben que su andadura por la Champions League no está siendo la esperada, aunque lo más difícil ha pasado, ya que se concentraba al principio del calendario. Hasta la fecha, el submarino amarillo ha tenido un inicio convulso: dos derrotas y un empate, lo que implica ir en la posición trigésima (30) en la tabla de clasificación al haber obtenido tan solo un punto de nueve posibles. Cierto es que, se ha topado con tres rivales de máximo nivel: Tottenham, de visitante, con derrota por 1-0; Juventus, de local, con empate 2-2 in extremis; y su último gran compromiso, ante todo un trasatlántico, el Manchester City de Guardiola, ante el cual cayeron ayer por 0-2 en La Cerámica. Su arranque no ha sido el mejor, pero los amarillos mantienen intacta la ilusión, confianza y ambición por seguir creyendo en sus opciones y luchar hasta el final por meterse al menos entre los 24 primeros. Una tarea difícil, pero no imposible. Ahora, queda trabajar duro, perfeccionar al equipo a nivel táctico y técnico, corregir errores y potenciar sus virtudes, que son muchas.
La Cerámica animando a su equipo en la noche de Champions ante el City / Villarreal CF
Impotencia y reacción tardía ante los ‘citizens’
La pasada noche del 21 de octubre no tuvo el resultado esperado. La comunión, gente apasionada junto a un equipo comprometido y unido, conformaron un ambiente épico en La Cerámica propio de las grandes noches y a la altura de esta competición. Esa misma tarde, todos creyeron, vislumbraron, especularon y pensaron en la posibilidad de lograr la machada ante un rival de altísimo nivel, que volvió a demostrar porque es uno de los favoritos para alzarse con el trofeo. El inicio dominador y arrollador de los ‘citizens’, unido al tempranero gol de Haaland, hacían entrever que iba a ser un partido muy complicado y así fue… Las esperanzas se fueron diluyendo rápidamente. Al equipo amarillo le costó entrar en el partido, pero cuando mejor estaba se llevó un segundo zarpazo de los visitantes: Bernardo Silva puso el segundo en el marcador con un remate totalmente solo en el área. Otro desajuste defensivo que ya se ha repetido en varias ocasiones durante este inicio de campaña.
En frente estaba un Manchester City más maduro, más compacto y más equipo que nunca. Los de Guardiola mostraron una cara renovada: alternaron tramos de mucho dominio y defensa férrea, manejaron los tiempos del partido a la perfección y fueron efectivos en ataque. Un encuentro completo propio de los más grandes. El Villarreal, sometido por los ‘sky blue’, no sabían como hacerle daño a Donnarumma. Hubo momentos mejores, con varios destellos individuales, pero sin inquietar en gran medida al portero italiano. A pesar de tener delante a un gigante europeo, que te puede destrozar en cualquier momento, al conjunto ‘groguet’ le faltó esa chispa, velocidad y tener un poco más el balón para encender a su gente y revolucionar un poco el encuentro. La reacción llegó, pero en los instantes finales. Ya era demasiado tarde. No obstante, el Villarreal cerró el partido con varios ataques y jugadas peligrosas con las que pudo recortar distancias. Pero poco se podía hacer ya, sobre todo, teniendo delante a un equipo que no concedió ni un resquicio. No salió nada, en una mezcla de impotencia y rabia por no darle una alegría (de ensueño) a los suyos.

Mikautadze durante el partido ante el City / EFE
Cinco ‘finales’ para seguir soñando
Por su parte, el Villarreal sabe que aún no está todo perdido y que hay una oportunidad real para entrar en esa fase de eliminación. El sueño no ha terminado. La tormenta y los grandes rivales ya quedan atrás. Ahora, los de Marcelino, después de pasar la fase más difícil y agitada del calendario, le toca la parte de nivel intermedio o más adecuada a las características del equipo, a su nivel y sus intereses. Tras disputar dos encuentros consecutivos en casa, a los ‘groguets’ les tocará jugar dos como visitante. Nada más entrar en noviembre se toparán con el Pafos a las 18:45, un rival que, sobre el papel, no debería ocasionar demasiados problemas (ocupan la posición 26 con dos puntos y ninguna victoria). A finales de este mismo mes, se enfrentarán con el Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park. Los de Kovac están en buena forma y han recuperado esa solidez en su juego. Un encuentro de máxima dificultad, y más si se trata de visitar uno de los estadios más temibles de Europa: el muro amarillo.
Por otra parte, el mes de diciembre reunirá dos compromisos europeos: frente al Copenhage en La Cerámica, otro de esos partidos donde deberías ganar y hacerte fuerte en casa; y contra el Leverkusen en Alemania, un rival duro, pero que no pasa su mejor momento. Los de Hjulmand no levantan cabeza, y vienen de caer goleados en su campo por 2-7 ante el PSG, vigente campeón de la Champions. Por último, cerrarán la competición en enero, pero no de cualquier forma: en su feudo, rodeado de su gente, frente al Ajax. El conjunto holandés está inmerso en una dinámica negativa y desfavorable: ocupan la cuarta posición en la Eredivise, y van últimos en la tabla de la máxima competición europea aún sin ninguna victoria, con 0 puntos en el casillero. Por tanto, se presentan cinco ‘finales’ de nivel medio: tres partidos asequibles, dos de ellos como local, pero dos salidas muy difíciles a territorio germano. Esta situación evidencia la necesidad de sumar de tres en La Cerámica, y pelear con todo (alma y sacrifico) en sus visitas a Leverkusen y Dortmund.

Los jugadores del Villarreal celebrando uno de los goles ante el Betis / LaLiga
Las cuentas para clasificarse
Este nuevo y frenético formato demuestra dos cosas: la esperanza debe prolongarse hasta el final, hay muchos partidos y no son necesarios tantos puntos para entrar a la fase de eliminación; y que, los partidos en casa se vuelven más importantes que nunca, donde tienes la oportunidad de fortalecerte junto a tu gente e intimidar a cualquiera. Muchas sorpresas se dieron el año pasado… si no que se lo digan a City o PSG, que tuvieron que ir a la repesca. No hay que irse muy lejos, el precedente significativo se encuentra en la primera edición novedosa de la máxima competición europea de la temporada pasada. En ella, equipos como el Brujas (11 puntos) o el Sporting de Lisboa (11 puntos) estuvieron entre los 24 primeros y pasaron a la siguiente fase. Por tanto, siguiendo esta métrica, al Villarreal le harían falta entre 9 y 11 puntos aproximadamente (sujeto a variaciones), para poder tener opciones.
Actualmente, quedan 15 puntos restantes en juego, de los cuales, debería sumar mínimo seis para seguir confiando en una remota posibilidad de entrar en las eliminatorias. Como resultado, se abre un panorama adverso, pero no inalcanzable. Es el momento de ser valientes, tener autocrítica y pelear por el orgullo y la identidad de este escudo, y la afición ‘groguet’, que no abandonará el submarillo amarillo tan fácil. El naufragio no es una opción, ni se plantea.
Romper la racha negativa ante el Valencia CF
Al Villarreal, no le queda otra que levantar la cabeza, lamerse las heridas y pulir los desperfectos para construir un equipo más férreo y combativo, con la máxima de ser altamente competitivo. Esto no para… y no hay tiempo para lamentaciones. La próxima gran cita marcada en rojo en el calendario será este sábado a las 21:00 ante el Valencia CF en Mestalla. Uno de esos derbis donde, a pesar la mala dinámica deportiva del conjunto valencianista, hay una rivalidad fuerte, y el resultado del partido seguro que no deja indiferente a nadie.
Esta visita a tierras blanquinegras, siempre costosa para cualquiera, es una ocasión ideal para romper con la mala racha de resultados y volver a la senda de la victoria. De hecho, el Villarreal CF encadena cuatro partidos sin conocer la victoria entre las dos competiciones (Liga y Champions), es decir, casi un mes sin ganar. Por ello, los de Marcelino quieren revertir esta situación, coger sensaciones positivas, mejorar su rendimiento y recuperar esa solidez en defensa para seguir creciendo en la competición doméstica, donde están fuertes: ocupan la tercera posición, con un gran registro goleador.